Por Alexander García Milián
La pelota envilece, vuelve a uno medio canalla, más si es la pelota cubana, peor si es un contexto como este. La pelota envilece porque cuando comentamos sobre béisbol, en muchas ocasiones reflejamos sentimientos que no son parte de uno o al menos no exteriorizamos, sí, le damos rienda suelta a las pasiones y entre el amor y el odio se tejen miles de historias.
Quería empezar así, pues el empate de este Cuba al Premier 12, ante Taipéi de China me dejo un cumulo de sensaciones positivas que hace rato no palpaba con el béisbol cubano. El equipo jugo bien y si tenemos en cuenta que fue un rival que nos venció 4-1 en el anterior Premier, la cosa pinto para pensar de modo positivo, más si acotamos que el juego se estuvo ganando hasta los finales, hasta el jonrón que permitió Yera.
La cosa se anquilosa un poco, pues la sentencia se impone y la pelota envilece al más incrédulo de los fanáticos y con la derrota ante el elenco amateur en el segundo juego de preparación las dudas florecieron otra vez y el hedor de la derrota volvió a merodear por las narices de los aficionados y el más recóndito atisbo de esperanza pareció irse de una vez.
La ira, el enojo, la frustración, bueno sí, pienso que el mayor sentimiento es el de frustración, incluso creo que ya es una mentalidad adquirida, la de ver las cosas con pesimismo y rodeada del aurea de resultados negativos; pero el equipo gano después, empato con los taipeanos, el clima fue cambiando, las ideas fueron tornando sutiles toques de bondad, comenzaron a surgir leves atisbos de luz pero…
Entonces… llega Venezuela y le propina soberana paliza de 12 a 6, otra vez el eterno retorno, la historia se repite, queremos pensar en que sí pero los morochos no van al torneo con su equipo C siquiera- nosotros vamos quizás con el tercer equipo que ahora mismo podemos llevar- estamos parejos en cuanto nivel- en teoría- pero nos dan con todo… ¿qué esperar?
A estas alturas a nadie le puede quedar dudas de que estamos atrás; digo más, en el área en este instante peleamos los lugares del cuatro al cinco con México, Colombia y Panamá, los resultados hablan- ¡Ahh!- no los de ahora, ya son varios años en la misma dinámica.
Estimados lectores, queremos pensar que sí, que podemos pasar de ronda siquiera como en el certamen del 2015, queremos hablar bien e insuflar de ánimos positivos, ser canallas y decir mentiras piadosas para consolar un poco, queremos eso y mucho más pero hay un pueblo que siente y vibra por el béisbol; algo que se llama ética nos toca la puerta, pide permiso y se sienta.
Nos vemos a la vuelta.