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El otrora estelar jardinero Torii Hunter contó en el popular podcast “Foul Territory” una bonita anécdota relacionada con el retirado pitcher cubano Danys Báez.
El suceso ocurrió el 17 de julio de 2002. Para ese entonces, el norteamericano ya representaba una figura en el ámbito de la MLB, mientras el oriundo de Pinar del Río era un joven derecho que intentaba abrirse paso en el mejor béisbol del mundo.
Danys Báez (quien era abridor para Cleveland Indians) lanzaba el quinto episodio de un juego que perdía 4×2 ante Minnesota Twins. Tenía un corredor en primera y en la caja de bateo a Torii Hunter, pelotero all-around y de carácter imponente.
La recta de Danys Báez desplomó a Torii Hunter
Al primer lanzamiento del cara a cara, la recta del cubano impactó en la anatomía del slugger, que cayó a tierra retorciéndose de dolor. “En ese momento casi me defec*”, relató Hunter sonriente. “Llegué a sentir el movimiento de mis intestinos”.
Enfurecido, el outfielder se puso de pie, se abrió paso entre el entrenador de tercera base Al Newman y el receptor Einar Díaz, recogió la pelota y se la lanzó a Danys Báez, golpeándolo en una pierna.
El árbitro principal del juego, Ted Barrett, expulsó a Hunter de inmediato (ello desembocaría en tres juegos de suspensión y multa), y como es habitual en la MLB, las bancas y los bullpens se vaciaron. Al término del choque, el cubano se presentó en el clubhouse de Minnesota.
Preguntando sobre la posibilidad de que el serpentinero hubiera comparecido allí en busca de saldar el desencuentro a puñetazos, Hunter dijo que “se habría encontrado con mis manos, eso es seguro”. Sin embargo, el desenlace de la historia fue muy diferente.
De acuerdo con el cinco veces All-Star y ganador de nueve Guantes de Oro, “él llegó y pidió disculpas. Cuando lo vi venir me puse en guardia y me dijo ‘no, solo quiero disculparme, no fue intencional. Yo no hago esas cosas’. Así que nos sentamos, conversamos y sinceramente creo que es uno de los mejores tipos de este mundo”.
Danys Báez, un grande cubano de los relevos
Al año siguiente de este suceso, Danys Baéz pasó al bullpen de Cleveland como cerrador y salvó 25 desafíos. En 2004 se fue a Tampa Bay Devil Rays, logró 30 rescates, y en 2005 llegó a la cumbre de su carrera MLB con una temporada de 41 salvamentos, la cifra más alta rubricada por un cerrador cubano en un curso ligamayorista.
Después de eso, Danys Báez fue traspasado a Los Angeles Dodgers, donde no suplió efectivamente la ausencia del lesionado Eric Gagne y en adelante transitó sin glorias por Atlanta Braves, Baltimore Orioles y Philadelphia Phillies.
A día de hoy, aquel muchacho que abandonó la delegación cubana a los Juegos Panamericanos de Winnipeg’99 sigue siendo el tercer hijo de la Mayor de las Antillas con más puntos concepto de rescate en la pelota MLB (114), únicamente por detrás de Aroldis Chapman (339) y Raisel Iglesias (229).