Por Alexander García
¿Por qué brilló Bárbaro Garbey en las Grandes Ligas? La pregunta se impone y la imagen del mítico jugador de Industriales mostrando su anillo de Serie Mundial con los Tigres de Detroit en 1984, es impresionante otra vez.
La historia nos lleva en leves flashazos hasta comienzos de los años 80 del pasado siglo y la noticia de la salida ilegal de Garbey no pasa desapercibida; la intentan ocultar, no se habla de eso pero está ahí, Bárbaro Garbey pudo llegar a la MLB porque se fue del país en la primera oportunidad que tuvo, no había otra manera de triunfar, de mostrar su talento al mejor nivel.
Comienzo por Bárbaro Garbey pero pudiera venir otra vez al presente y hablar de tantos, desde el mismo Jaison Martínez que fue el último caso sonado de salida del país hasta los peloteros que ahora brillan en la Gran Carpa; José Abreu, Yoan Moncada, Aroldis Chapman, Yulieski Gurriel, Aledmys Díaz; la lista es grande, las historias son increíbles, con el paso de los días se vuelven más increíbles aun.
Volviendo al tema de Garbey, la siniestra sucesión de hechos derivados de su salida están ahí también, guardados con celo en la memoria del fanático de a pie, del que guarda periódicos y sigue las Series Provinciales y cuanto torneo de pelota se dispute; con la salida de Garbey llegó la purga en Industriales, apareció la venta de juegos, llego la sanción a Anglada… ¿Y entonces?
Cuando me hablan del hoy, del hoy como mejor momento del béisbol cubano porque hay más de 200 cubanos en los diferentes niveles de Grandes Ligas, pienso en el ayer, en las barreras, en las limitaciones, en lo que era anormal hasta que Alexei Ramírez salió hacia Republica Dominicana allá por el año 2007; es que la realidad de un pelotero cubano no se puede comparar con nada.
De hecho, hubo un momento en el que la pregunta sobre los posibles resultados del equipo Cuba, no era si se ganaba o perdía, no, la pregunta era, ¿cuántos se quedaran? Y es que no había otra manera de poder aspirar a lucir en el mejor béisbol.
Si hoy llegan 200, antes podían haber llegado el doble o más, incluso al roster de 40 de las diferentes franquicias y basta con mirar al contexto beisbolero anterior a 1959 para demostrar que las cosas eran diferentes; desde Esteban Bellán, pasando por Adolfo Luque, Conrado Marrero, Edmundo Amorós y el mismo Orestes Miñoso; los cubanos brillaban en la Gran Carpa.
Cada contexto tiene sus propios matices y es por eso que las épocas no se den comparar sin antes ver todos los aspectos que intervienen en un fenómeno determinado; decir que hoy somos mejor que ayer es de pecadores, pues el ayer era bien diferente en términos que superan la dimensión del deporte y los hechos están ahí.
Nos vemos a la vuelta.