Por Alejandro Varela
La historia del mexicano Joey Meneses será una de las más recordadas cuando termine la actual temporada de Grandes Ligas. Después de 10 años en Ligas Menores con varias organizaciones, el 2022 se convirtió en el año de redención para el culichi, no solo porque finalmente logró debutar al más alto nivel del béisbol, sino porque desde que lo hizo ha dejado una estela impresionante.
Hace par de días, el jardinero e inicialista de 30 años, conectó un largo cuadrangular por el left field que representó el empate momentáneo para su equipo, los Washington Nationals, ante San Diego Padres.
El vuelacercas de 415 pies de distancia fue el quinto que disparó el mexicano en sus primeros nueve juegos en las Mayores, una marca jamás lograda por un novato en casi 120 años, desde 1901.
El récord absoluto de homeruns en solo nueve partidos está en poder del paracortos Trevor Story, cuando en 2016, vistiendo la franela de Colorado Rockies, botó siete pelotas para la calle en ese lapso.
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“No se cómo no llegó antes al espectáculo, pero por la forma en que veo está jugando, se merece todo lo que le está pasando”, expresó el abridor venezolano Aníbal Sánchez sobre Joey, su compañero de equipo, quien tomara su primer turno en MLB nada menos que ante el estelar Jacob deGrom, el pasado 2 de agosto. .
Al final, la suerte, la vida o el destino, le dio la oportunidad soñada a Meneses con el megacanje que llevo a Juan Soto y otros jugadores de Washington a San Diego y viceversa. Incluso, el nacido en Culiacán estaba listo para renunciar a la Gran Carpa tras este 2022.
Así se lo había comentado a su familia antes de iniciar este año nuevamente en las Menores, y tenía un preacuerdo para irse a la Liga Mexicana de Béisbol con Acereros de Monclova, equipo que llevaba tiempo insistiéndole.
Sin embargo, el conjunto Coahuila ahora tendrá que seguir esperando, porque todo parece indicar que Joey Meneses pasará mucho más tiempo del que él mismo pensaba en los terrenos más sagrados del béisbol mundial.
Muchos buenos peloteros llevan años rindiendo en las menores y sus equipos los ignoran. Ahí están los Cardenales, quienes nunca vieron con seriedad a Randy Arrozarena y a Adolis García. Al primero lo cambiaron y al segundo, que año tras año la reventaba en las menores, lo reclamaron los Texas de waivers y de casualidad le dieron la oportunidad y hoy es su mejor bateador. Triste, pero cierto.