De Series Nacionales a la MLB: Alex Guerrero y el breve sabor del éxito

Por Juan Páez

Alex Guerrero logró, de entrada, lo que muchos peloteros, cubanos o no, sueñan con alcanzar en su carrera: un contrato multianual y millonario sin siquiera comenzar una trayectoria en las Grandes Ligas. Eso obtuvo el 21 de octubre de 2013, cuando comenzó su travesía con los Dodgers de Los Ángeles, una que si bien tuvo un brevísimo buen momento, no tuvo un final feliz.

El toletero derecho, previo a su partida de Cuba, participó en ocho Series Nacionales, siempre con los Leñadores de Las Tunas. Entre todos los torneos que disputó dejó promedio al bate de .302, con 116 dobletes, nueve triples, 104 estacazos de vuelta completa y un robusto OPS de .913. Números que merecían un pacto como el que cerró con los californianos en su momento.

Poco después de su salida de la isla, en 2013, obtuvo la residencia en Haití. Empezó a entrenarse en República Dominicana y, en septiembre de ese año, obtuvo el permiso por parte de las autoridades estadounidenses para firmar con una organización de la Gran Carpa.

Guerrero contactó al famoso agente de peloteros Scott Boras y se convirtió en uno de sus tantos clientes para, posteriormente acordar por 28 millones de dólares y cuatro campañas. En el corto plazo, el tunero estaba proyectado como una de las estrellas en el lineup de Los Ángeles, pero no fue del todo así.

Y llegó al big show

El utility hizo el roster del equipo grande para el Opening Day de la zafra 2014 y se estrenó a finales de marzo. Tomó un café y casi inmediatamente lo enviaron a Triple A, categoría en la que tuvo un altercado con su compañero Miguel Olivo. El receptor dominicano le arrancó un pedazo de oreja y debió ir al quirófano.

En septiembre, con la expansión de 25 a 40 peloteros, Guerrero volvió a las Grandes Ligas y, en 11 desafíos y 13 turnos legales, apenas dio un hit. Su corto paso incluyó seis ponches.

La temporada 2015 parecía ser el año del isleño. Tras batear para .306 de average en 26 duelos en aquella pretemporada, con tres jonrones y ocho impulsadas, su momento estelar había llegado. Comenzó en las Mayores y su bate tronó durante la primera parte de la campaña.

De hecho, en el primer mes de la ronda regular amenazó con quitarle a Juan Uribe la titularidad de la tercera base, al dar 11 hits en 26 turnos legales (.423), con dos dobles, cinco vuelacercas, 13 carreras fabricadas y cinco anotadas, con apenas tres ponches en 13 compromisos disputados.

La despedida

Pero a medida que fue recibiendo más tiempo de juego, la producción del slugger fue disminuyendo. Obviando todo lo que hizo en abril, en la primera mitad de la temporada su average fue de apenas .208, con 11 extrabases en 54 duelos (30 como titular).

Guerrero terminó la que era su última zafra en las Mayores con 11 bombazos, nueve biangulares y un triple en 106 choques, en los que promedió para .233 con el madero.

En 2016, la suerte no estuvo de su lado. En el spring training se lesionó la rodilla y después de recuperarse cumplió con un programa de rehabilitación.

Cuando estuvo listo para unirse de vuelta al club de Grandes Ligas, no había cupo para él en el roster. Los Dodgers lo pusieron en asignación y lo despidieron el 8 de junio para finalizar su paso por el big show y hacer carrera en la pelota profesional de Japón.

Estadísticas de Alex Guerrero de por vida en las Grandes Ligas: