Uno de los mejores receptores cubanos de los años 90 del siglo pasado, el villaclareño Ángel López, afirmó en el espacio de YouTube “El Show de Swing Completo” que su coterráneo Ariel Pestano “estaba muy por arriba de los demás” en el período que le tocó jugar en Series Nacionales.
Pestano estuvo entre los suplentes de la escuadra naranja cuando Ángel López se desempeñó como titular y, pese a su juventud, ya se apreciaba el descomunal talento que había traído al mundo a la hora de calzar los arreos.
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“Pestano siempre tuvo muy buenas manos, buena defensa y buen brazo”, sostuvo el ahora entrenador residente en Tampa.
En el intercambio, Ángel López también aludió a otros receptores que emergían por la época en que él abandonó Cuba (fines de la referida década) junto a destacados jugadores de la provincia central como Jorge Luis Toca y Jorge Díaz.
“A Eriel Sánchez y Roger Machado no pude verlos mucho en los terrenos pero luego los vi por televisión. A Eriel no se le notaba mucha soltura para la receptoría y de Machado recuerdo que tenía muy buen tiro a la segunda base”, consideró antes de concluir en que “en esa época bajó un poco la calidad del ‘quecheo’ en Cuba, no había muchos nombres establecidos”.
Sin un buen receptor no hay equipo campeón, estimó Ángel López
Oriundo de Sagua la Grande, Ángel López no pasó por alto la mención de dos receptores ofensivos que coincidieron con él, Rolando Meriño y Juan Manrique, de este último aseguró que “llegó a ser muy bueno en la caja de bateo, con una excelente zona de strike”.
Preguntado sobre su criterio cerca de Frank Camilo Morejón, explicó que únicamente lo había visto por TV y que le parecía “un cátcher muy inteligente que llevaba acertadamente el juego y tiraba bien a las bases”, pero “no era bateador, y la pelota de ese tiempo ya exigía más en ese sentido a los receptores”.
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En otro momento de la charla, Ángel López puntualizó que “la confianza del pitcher es un buen receptor” y ejemplificó con el caso del lanzador número 1 de Villa Clara en su etapa en el béisbol cubano.
“Rolando Arrojo y yo teníamos una conexión de muchos años y casi nunca tuvimos contradicción con respecto al lanzamiento indicado en cada momento. Siempre coincidíamos. Hicimos una gran mancuerna. La línea central empieza en el cátcher y creo que un equipo sin un buen receptor no llega a ninguna parte”.
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