Por Alexander García Milián
Cuando Rey Vicente Anglada tomó las riendas del equipo Cuba, todo fue luz, luego vino el polvo, la niebla y los destellos se fueron opacando pero siguió imponiéndose la luz; aún hoy, con matices sigue la luz, el aura, el brillo sobre la figura de Anglada y tras el final de la Can Am y los Panamericanos de Lima al doblar de la esquina, muchos hablan sobre la selección y el futuro de algunos peloteros establecidos que han quedado muy por debajo.
Es un tema todavía opacado por los medios, al toro no se le quieren tomar los cuernos; los apellidos de Cepeda y Aloma vuelven al ruedo y comienzan a emerger las dudas…
Cuando Rey Vicente volvió en su segunda versión al frente del team Cuba, la idea de la renovación nos tocó a todos; era necesaria una reestructuración, ir a la base, ir dando retoques… la pauta ha quedado, está todavía vigente y aunque Frederich Cepeda y Jorge Aloma batearon por debajo de 200, todos se preguntan si estarán en suelo peruano.
Al mirar lo que representan estas dos figuras en cuestión, una- Cepeda- va más allá de lo simbólico, es como un talismán y así sea para el banco lo llevaría, aunque todo tiene límite. La otra, la de Jorge Aloma es el reflejo de esos nuevos tiempos, de esos aires de cambio que se prometieron y sin aducir a ningún tipo de presión, siento que es esta una gran disyuntiva para el manager capitalino; más aún con hombres como Carlos Benítez y Raúl González, bateando a placer.
No es menos cierto que se les dieron oportunidades a todos los jugadores,- se buscó foguear el equipo, ver a todo el mundo- pero el rendimiento dejo mucho que desear y el hincapié en Cepeda y Aloma, está dado por el hecho de que son claves en cualquier estrategia que se tenga con la escuadra cubana, al menos eso pienso.
Ya las ausencias van haciendo mella, va siendo decisiva en las estrategias, pues un hombre como Orlando Acebey, debía haber sido el arma escondida en caso de bajo rendimiento, como el de Aloma.
Desde la Serie del Caribe de 2015 en San Juan, Cepeda es centro de la polémica; todos le fueron arriba, no logro producir en la clasificatoria y entonces en la semifinal y en la discusión del título se echó el equipo al hombro.
Con este precedente, Cepeda fue al Clásico de 2017- no hizo nada – y si bien es cierto que en las Series Nacionales ha seguido rindiendo, con el Cuba ya son otras palabras y hay que aceptarlo.
Cuando todo empezó, fue luz, lo sigue siendo, todavía irradia, se auguró el cambio y pienso que esa es la idea; hasta ahora el suspense crece, todo se vuelve una gran interrogante.
Nos vemos a la vuelta.