El orgullo cubano dice presente en la Serie del Caribe, en varios uniformes

Alexander García Milián

Con un matiz diferente, ya los traidores son héroes y ahora si se puede hablar a rienda suelta de los cubanos, de los que no juegan en las Series Nacionales, los que se fueron.

Bajo una estela de simulado orgullo nacional por parte de nuestros comentaristas deportivos, así comenzó y transcurrió la jornada televisiva del primer día en la Serie del Caribe de béisbol.

Luego llegó la segunda, comenzó el juego de Cuba, antes entrevistaban a Néstor Cortez por todos lados; – una encomiable labor- decían los especialistas pero nuestros narradores ni hostias, solo Lázaro Blanco, Pablo Civil y Alfredo Despaigne.

En un inicio, cuando el mayabequense Cortez se anunció para abrir el juego por las Estrellas Orientales ante los Cangrejeros de Santurce, en ese inicio, Evyan Guerra dio una escueta biografía de Cortez.

Luego en el partido se habló de su exquisito control, de su buena apertura pero ya, todo paso a segundos planos. Entonces por ESPN, hablaba el joven criollo de su trabajo y el pecho se nos encogía. Más aún cuando acotó- “… Los Yankees me llamaron a su campo de entrenamiento en Tampa y yo luché mi permiso para estar aquí apoyando a las Estrellas…”

Pero en esencia, a pesar de las confabulaciones de Guerra y de García, el colosal desempeño de Cortez nos deslumbró a todos.

De igual manera, el habanero Rangel Ravelo, quien lleva años ya sonando el madero y la temporada pasada estuvo a punto de ascender al equipo grande de San Luis; de igual manera Rangel también lució bien con los Cardenales de Lara de  Venezuela. Ravelo conectó sencillo y le pegó bien a la bola en par de oportunidades. Además de verse cómodo a la defensa.

Tampoco de Ravelo se habló- no hablaron los comentaristas de Telerebelde- pero la prensa deportiva venezolana – como el periódico Meridiano- si comentó del importante papel de Ravelo en ese inning donde los morochos anotaron par de carreras.

El orgullo cubano, siempre en alto, tanto orgullo por los jugadores de Las Tunas pero también por los demás, pues son cubanos de igual manera, los Yuniesky Maya, Odrisamer Despaigne,  el veterano Raúl Valdés, el camagüeyano Dariel Álvarez, el habanero Armando Rivero o el también tunero Ángel Rigoberto Cabrera.

Todos ellos, vistiendo las camisetas de Dominicana, Puerto Rico, Venezuela o Panamá, todos son parte de nuestra pelota también y ahora que se puede hablar- escuchen bien señores comentaristas- ahora suénenla que esos chicos llegaron ahí a tierras istmeñas porque la rompieron en sus ligas.

Ya Cuba, dio la clarinada, bueno la dio Alfredo Despaigne; de igual modo, no a la altura de Néstor Cortez, el veterano Yuniesky Maya hiso aceptable trabajo ante los Toros de Herrera y acrecentó el desempeño general de los de la Isla en la Serie del Caribe.

Es Cuba por todos lados.

Solo resta esperar hasta el domingo pero señores, sin dudas, en estos cinco días que faltan se hablara de los cubanos, de todos, a la sangre no se renuncia y eso basta.

Nos vemos a la vuelta.

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