Por Alexander García Milián
Cuando todos empiezan a recoger las migas del éxito que significó el primer Clásico Mundial para Cuba, cuando eso pasa también se comienzan a olvidar algunas cosas.
Las emociones son así, parte de esos flujos del alma que nos llevan a maltraer.
Ahora mismo, el primer Clásico Mundial es el referente, con el sueña la mayoría, se justifican los de siempre, con el también vuelve la esperanza… ¿Por qué no?
Hasta ese año, el 2006, éramos campeones en todo, éramos los reyes del béisbol- bueno, el que veíamos en Cuba- hasta el 2006 todo era gloria; pero la plata que supo a oro le cayó como un veneno a nuestra pelota.
Hoy, volvemos a empezar a soñar, pretendemos pasar la página como tantas veces y de forma tan inteligente, se recurre a ejemplos como el de este evento.
Pero… ¿quién habla o comenta?; primero, sobre el jonrón de Yuliesky para empatar ese juego inicial contra Panamá; segundo, el colosal pitcheo de Yadel Martí ante Venezuela y República Dominicana, en ambas oportunidades para garantizar el avance de Cuba; tercero y con este cierro- por ahora para marcar el camino- nadie habla del encaprichamiento de Higinio Vélez con Ormary Romero para el partido contra Japón.
Tomemos el último caso; en ese elenco habían varios zurdos, Palma, Norberto González, Yosvani Pérez, Maikel Folch- los que recuerdo ahora, pero Higinio le dio la bola a Romero y este no sacó un out; luego ya llegó el relevo de Adiel con el rancho ardiendo…¿ qué paso ahí?, ¿ me explican?.
En los casos de Yuliesky y de Yadel, se mueven los mismo hilos de siempre, el secretismo, el silencio que busca esconderlo todo; tampoco hablan de Alexey Ramírez y como le dio bancoterapia a Tabares y lo hiso bien… ¿Quién no recuerda eso?
El primer Clásico Mundial, nos deja varias aristas y facetas para analizar, para entender mejor, nos motiva a buscar, a indagar de un modo diferente en esas otras historias que no han sido contadas todavía; las experiencias de un Yoandy Garlobo, de Ariel Borrero, lo que sintió Joan Carlos Pedroso cuando Rodney lo ponchó con las bases llenas, lo que pensó Jonder cuando David Ortiz se la puso a quinientos pies… Por ahí iremos, espere aquí y tendrá todo…
Seguimos y quizás la pregunta ahora se impone sola, ¿Por qué comenzamos a perder desde entonces?; creo en buena parte que la clave del asunto pasa por ahí. Este, es tema de otro o de varios artículos…! Hay tela!
En este mes de marzo que ya termina, se conmemoraron trece años de aquel día en el Petco Park de San Diego, de aquel subtítulo mágico que nos hiso soñar a todos los fanáticos… ¿Qué fue?, ¿Ilusión?, ¿Realidad?, ¿Fantasía?, ¿Otra época?
Nos vemos a la vuelta.