Por Juan Páez
El dominio de Raisel Iglesias, aunque a veces atraviese en baches habituales por los que pasa cualquier lanzador, es indiscutible. La durabilidad y la capacidad de sacar del paso a los bateadores lo tienen como el cerrador fijo de los Rojos de Cincinnati. Esas habilidades lo ayudaron a lograr una hazaña que solo había logrado otro relevista en la historia de las Grandes Ligas.
Entre el 18 y el 20 de abril, en la serie de cuatro encuentros que su equipo ganó (3-1) ante los Padres de San Diego, el derecho tuvo tres apariciones. En ellas, de manera consecutiva, retiró a los tres bateadores que enfrentó en cada una por la vía del ponche. Sumó 3.0 episodios perfectos con nueve ponches frente a nueve toleteros totales.
Tal récord estaba solitariamente en poder de Armando Benítez, quien logró la racha en la temporada 1998, cuando pertenecía a los Orioles de Baltimore. La particularidad en el caso del dominicano es que lo hizo contra tres clubes diferentes (Oakland, Anaheim, Texas).
El hito de Iglesias está por encima incluso de su compatriota Aroldis Chapman, a quien se le ha hecho esquivo el tercer duelo seguido en cuatro ocasiones. El apagafuegos de los Yankees de Nueva York tiene un cuarteto de dos presentaciones de tres bateadores, tres abanicados.
Como los de antes
El uso que los Rojos le han dado al nacido en Isla de la Juventud es similar al que tenían los lanzadores de otrora, o al menos no va a la par de lo que es la utilización moderna de los taponeros, quienes a menudo cumplen función por 1.0 entrada.
Ese no es el caso de Iglesias. De hecho, con su último salvado (hasta la jornada del domingo), llegó a 23 rescates de 1.1 capítulos, como mínimo, desde que es cerrador a tiempo completo (2017).
Los cerrojos que tiene por debajo en la lista ven al antillano desde lejos. El segundo en ese grupo es Kenley Jansen, con 18, y le sigue Blake Treinen, con 13.