Por Andy Lans
La vida, con relativa frecuencia, nos pone retos importantes a la hora de definir nuestro camino. El receptor de los Cocodrilos de Matanzas Andrys Pérez García experimentó recientemente dos momentos claves en su carrera.
Primero, su estreno como receptor titular en una postemporada de Serie Nacional (SNB). En los playoff de la campaña 2020-21, el chico de 20 años de edad y 6’1 pies de altura bateó .286 en 32 comparecencias, mas ante Alazanes de Granma en la final, pegó para .308 en 13 turnos oficiales.
Luego, Andrys formó parte del Cuba que viajó a Curazao para disputar la tercera edición de la Copa del Caribe. Si bien el torneo no exhibió un alto nivel, Pérez cumplió las expectativas al `romperla´ con .455/.538/.727, un jonrón y cinco empujadas en 14 idas al plato correspondientes a la clasificatoria. En la final frente a los locales, El Tanke, como también se le conoce, cargó el peso ofensivo de los suyos (2-de-4, 2B, CI, CA) a pesar del doloroso revés 3×4.
¿Qué representó para ti una segunda final consecutiva en la pelota cubana?
─Cumplí uno de mis sueños al representar al equipo de mi provincia. Siempre que iba al estadio cuando niño pensaba en ello, aunque me hubiera gustado jugar con público en el “Victoria de Girón”.
¿Cuánto exige de ti compartir la posición con un catcher de la talla de Ariel Martínez?
─Para mí es algo grande coincidir en el equipo con un hermano en lo personal y lo deportivo. Me exige por parte de mis compañeros y del público que están adaptados a ver un gran receptor detrás del plato, por lo que tengo que jugar igual o al menos acercarme a su nivel.
››Conversar con Ariel, pedirle consejos y preguntarle cosas también constituye un gran apoyo.
Has demostrado poder al bate en algún que otro momento ¿Podremos ver jonrones de Andrys Pérez más seguidamente?
─No puedo asegurarte nada, pero puedo decirte que trabajo mucho para convertirme en un buen bateador. El profe Lázaro Junco ha sido como un padre para mí. Vengo con él desde categorías inferiores y le agradezco su ayuda.
¿Qué propició tu buen desempeño en la Copa del Caribe?
─Creo que la confianza en mí. Me preparé muy bien y escuché varios consejos antes del torneo. Agradezco a Franger Reynaldo y a Carlos Tabares por el gran entrenamiento previo.
¿Qué ocurrió en la final para que Cuba perdiera después de dominar ampliamente la competencia?
─Pienso que luchamos hasta el final, dimos todo en el terreno y brindamos espectáculo pero un juego lo gana o lo pierde cualquiera.
¿Sintieron presión?
─No creo, la final fue reñida, solo que las cosas no salieron.
Háblame de tu Guante de Oro en la SNB 60.
─Además de ser mi primer premio personal, es una de las cosas más bonitas que he logrado. Curiosamente, en la gala de reconocimientos anterior, celebrada en Matanzas, me quedé mirando ese premio como un niño. Me prometí que lo conseguiría.
Y después del Guante de Oro, Roel y Raico Santos te roban seis bases en la final.
─Eso sucede en gran medida porque los corredores le roban el tiempo a los lanzadores que demoran el movimiento, y cuando la bola llega a mí, ya están en segunda base. Ahí tengo que tragarme el buche amargo.
Tu opinión sobre los movimientos en la plantilla de los Cocodrilos.
─Espero que todo sea por el bien del grupo. Confío en la experiencia de mi director y sus resultados.
¿Consideras que la salida de un estandarte como Yasiel Santoya afecte al conjunto?
─Para nadie es un secreto que Santoya es desde hace años uno de los pilares de Matanzas, pero pienso que el equipo se mantendrá unido como siempre lo ha hecho.
¿Existen lanzadores difíciles en los Cocodrilos a la hora de recibirles?
─Ninguno se me torna tan difícil porque nos ponemos de acuerdo en los entrenamientos. Trato de prepararme más con el que me parezca complicado. Por ejemplo, Yoenni Yera presenta más complejidad por su condición de zurdo y variedad de lanzamientos pero conozco a la perfección todo lo que tira. Con Renner Rivero y Joel Suárez tengo una excelente conexión.
Andrys, en una edad donde la mayoría de los jóvenes buscan divertirse, a ti te toca evitar las distracciones con tal de dedicarte al béisbol ¿Cómo te sientes por tener que sacrificar tu juventud?
─Me siento orgulloso de eso porque hago feliz a mi familia, que es todo para mí. Muchos amigos me dicen “vamos para una fiesta aquí, o para otra allá” pero sé que para lograr las metas hay que sacrificarse y dedicarse.
Tras su primera zafra regular con 200 idas al rectángulo ofensivo, Andrys Pérez acumuló bateo de .225/.318/.308 con cinco dobles, tres vuelacercas y 40 carreras producidas. Aunque dichos números poseen amplio margen de mejora, resultan comprensibles por el desgaste del muchacho ante la ausencia de refuerzos. Con suficiente entrenamiento, y la guía de un San Lázaro inspirador de su dorsal 17, Pérez buscará incrementar sus rachas ofensivas en el futuro.