Por Darien Medina
«Mi sueño siempre fue jugar con la camiseta de las cuatro letras, pero no se pudo, entonces salí del país y gracias a Dios en solo seis meses conseguí la firma internacional con Tampa y todo va bien», nos dijo Raudelis Martínez, talentoso joven villaclareño del municipio Placetas que con apenas 18 años recién cumplidos logró la firma con Tampa Bay Rays tras siete meses de haberse establecido en República Dominicana.
Esta firma es la coronación de un camino lleno de obstáculos y decisiones que siguen siendo cuestionadas por Raudelis, un joven que gracias a su talento siempre se ubicó por encima de sus contemporáneos.
Llegó al béisbol con cinco años y con esa edad participó en las competencias de la categoría 7-8, pero no sería hasta los 11 que integraría el equipo provincial sub 12 que ganaría el campeonato nacional.
«Hacía los equipos de Villa Clara con un año menos que el resto de los compañeros y siempre estaba a la altura o por arriba del nivel de ellos, mi bate siempre ha estado por encima, en ese primer equipo de Villa Clara en la primera ronda quedé de líder en bateo con .412 y en la etapa final fui líder de average, dobles y triples», asegura quien saliera de Cuba hace casi un año.
Entró en la EIDE en 8vo grado integrando el equipo provincial de Villa Clara en la categoría sub 15, estaba ubicado como quinto bate y acumuló un promedio de .338 y en la final del certamen lo hizo para 444, dichos números, inexplicablemente, no fueron tomados en cuenta para formar parte de la preselección nacional.
Esta oportunidad si le llegaría al año siguiente, sería la primera y la única vez que formaría parte de ella, luego de terminar una temporada con promedio de 488.
«Yo no entrenaba con los demás compañeros lo hacía aparte con un entrenador de Granma, ahí se dio la primera sorpresa, en el primer corte de la preselección –solo se iban hacer dos-, me sacan, ahí mis padres hicieron reclamaciones, luego el día antes de salir el equipo para Colombia llamaron a mi papá para que me llevara a La Habana para irme y les dijo rotundamente que no, que yo no iba a ir para ningún lado».
Tras el cambio de categoría y la llegada del bate de madera a la misma, Raudelis volvió a dejar muestras de su talento con otro año bateando por encima de 400. En esa ocasión la ausencia de un conjunto nacional en su categoría lo privaría de intentar nuevamente formar parte del equipo Cuba.
La llegada a los juveniles no se convirtió en el escenario ideal para seguir demostrando su talento, por problemas de disciplina se le impuso una sanción que lo apartó durante dos años de competencias nacionales. «Me sancionaron injustamente, tuve un problema en el área docente de la escuela, en ese momento dije que no iba a jugar más pelota, habían acabado con mi vida, con mi familia, se hicieron muchas reclamaciones, pero al final no se pudo hacer nada», nos cuenta.
No fue una separación que se dilató en el tiempo, luego de ser ubicado en un preuniversitario urbano, Raudelis regresó a la pelota y asegura que « iba a comenzar la provincial de mayores en Villa Clara, hablé con mi papá le dije que iba a salir de la escuela que me iba a concentrar en entrenar para jugar a ver si yo podía hacer el equipo sub 23 o una preselección del equipo Villa Clara. Yo acababa de cumplir 16 años».
Tuvo entonces la oportunidad de reafirmar que había nacido para brillar en el beisbol en la Serie Provincial de Béisbol villaclareña, se ubicó como segundo en los bateadores del torneo, ocupó el liderazgo en triples y carreras empujadas, mientras en cuadrangulares fue el cuarto puesto con seis. El mérito es mayor si tenemos en cuenta que se enfrentó lanzadores de la talla de Alaín Sánchez y Freddy Asiel Álvarez, sus números fueron superiores al de hombres con experiencia en la Serie Nacional, ¿qué tocaba hacer?
Mientras la dirección del béisbol en la provincia hacia todo lo posible para no aprovechar su talento, ya su decisión personal estaba tomada. Como otros tantos de su edad, Raudelis nos explica que «decido abandonar el país, por cosas que pasaron, porque en esa provincia acabé con mi bate, dos días antes del salir del país el comisionado provincial me llamó para hablar conmigo porque sospechaban de mi decisión, teniendo los números que tenía nadie confiaba en mí, le pedí que me pusiera en el sub 23 o en la preselección del equipo Villa Clara y me dijo que yo no podía quemar etapas, le respondí está muy bien eso, agaché mi cabeza como siempre hacía y me fui».
Por la puerta de tras se escapaba otro talento de nuestro béisbol y junto a su padre puso sus esperanzas en otra isla. «La preparación es totalmente diferente porque tienes que estar dos meses preparándote para los siete u ocho donde estarás haciendo try outs».
Ante las oportunidades su talento no pasaría desapercibido, tampoco demoraría en llegar los apodos. Le dicen: “La Máquina de Bateo” o “El Gomero”. Realizó más de 80 tryout y un promedio por encima de 700. Sobre el proceso nos contó que «siempre es difícil adaptarse, yo solamente salí con mi papá, tengo a mi familia en Cuba y es muy difícil sin el apoyo de ellos. Eso ha sido lo que más me ha afectado. Aquí existe un nivel superior al de Cuba, allá los pítchers de mi edad tiraban máximo 86 millas aquí los ves que no se bajan de las 94, incluso en mi presentación con los Cincinnati Reds me enfrenté a cuatro lanzadores y ninguno bajaba de las 96 millas, eran lanzadores de calidad de AAA, AA. Ese día bateé 24-20».
Tiene en su bate la principal arma, ha llegado a ser comparado por los scouts con estrellas de Grandes Ligas como Bryce Harper, Christian Yelich y los cubanos Yasmani Grandal, Yordan Álvarez y Luis Robert Moirán, su mecánica de bateo conllevan a esa delicado y complejo tema de las comparaciones, además de la grata impresión que va dejando.
Pero si la ofensiva en su arma letal su poderoso brazo no se queda atrás, en la prueba ante Tampa llegó a marcar 94 millas de velocidad desde home plate hasta segunda base en la posición de receptor; por la cual finalmente se concretaría la firma, aun cuando no sea en la que se establezca, la antesala y la intermedia son en las que se ha venido desempeñando.
«Debido a mi bate debo jugar otra posición, receptor atrasa mucho a los jugadores en Ligas Menores y mi bate está muy adelantado, me van a dejar jugar algunos juegos aquí y luego me iré a la Rookie Avanzada o Clase A en Estados Unidos», explica Raudelis.
De momento estos son los planes de este joven, los cuales variaron en muy corto tiempo. En su tierra le quedó algo por cumplir. «Yo no quería salir de Cuba hasta que no igualara todos los números que implantó Yulieski Gurriel, quería romper sus records y debido a todo eso que pasó salí y renuncié a ello. Ahora tengo otro sueño que es poner los números que está haciendo en estos momentos en Grandes Ligas o mejorarlos, con Dios mediante voy a jugar más años que él y quiero superarlo, siempre ha sido mi pelotero favorito», concluyó.