Yobal Dueñas: Pinar, Sidney, los 90 y «mucha pena por la pelota cubana actual»

Por Daniel De Malas Andreu Bonilla ¨Yo soñaba ser como Casanova, Linares y verme un día jugando con ellos, me escapaba de la EIDE para ir a ver la generación de Vegueros, de los Urquiola, de los Fernando, solo en el estadio, con frío, sin abrigo en aquella época, me decía: un día tengo que […]

Por Daniel De Malas Andreu Bonilla

¨Yo soñaba ser como Casanova, Linares y verme un día jugando con ellos, me escapaba de la EIDE para ir a ver la generación de Vegueros, de los Urquiola, de los Fernando, solo en el estadio, con frío, sin abrigo en aquella época, me decía: un día tengo que ser como ellos, y mira jugué con todos. Esos son sueños que se cumplen, metas que uno se pone y se cumplen.¨ Muchos sueños se le han cumplido al mítico 24 de los equipos de Pinar del Río, Yobal Dueñas era un pelotero de la gente, no existían barrera para él y su pueblo, puede que no lo admita, pero se convirtió en ídolo en aquellos tiempos en que la pelota  era el deporte número uno, dos y tres en popularidad en Cuba.

¨Pero te cuento más, la anécdota más grande para mí fue comenzar con 17 años de 9no. bate en una selectiva en el equipo de Pinar del Río nada más y nada menos que teniendo por delante de 5to a Lázaro Madera de 6to Fernando Hernández, de 7mo mi hermano Pedro Luis Dueñas el 8vo era Giraldo González y yo empecé de 9no bate en la Selectiva, y terminé de 5to bate detrás de los más grande que ha dado la pelota cubana y no es solo mi criterio, yo le he hecho encuestas a Pacheco, Kindelán, Ulacia y todos coinciden que el 1-2 de la pelota cubana son Omar Linares y Luis Giraldo Casanova, y ese fue mi mayor orgullo, ganar la selectiva con solo 17 años.¨

Es mí entrevista vía Whatsapp con Yobal Dueñas, su voz es pausada pero viene cargada de pasión, de historias, de vivencias,  cada respuesta viene con una anécdota que hace cambiar la pregunta siguiente porque sus respuestas hacen más interesantes mis interrogantes.

«Antes de ir al Mundial Juvenil estuve con Forestales siendo el 3er bate y logré batear 380 en esa época fue muy grande para mí, al otro año me pasan a Vegueros, en una temporada pésima donde solo batee 217, ese contraste del Juvenil a la Serie Nacional me afectó, pero acto seguido tuve revancha en la Selectiva y por los resultados fui invitado de refuerzo al equipo que participó en Rotterdam, en una etapa que solo iba el equipo de Industriales porque era un torneo  de ciudades interpuertos.»

«Luego fui levantando el nivel con mucho apoyo, en ese comienzo de Giraldo González que me ayudó muchísimo, lo otro lo aprendí en la marcha.»

¿Por qué esa forma tan peculiar de batear?

Simplemente trataba de estar lo más cerquita de la bola parecía que me apretaba para batear, pero no me apretaba, porque es imposible apretarse para poder sacar los brazos, no me apreté mucho y fue la que adquirí.

Unos de los recuerdos más grandes que guardo de Yobal Dueñas, es aquel inmenso jonrón en la Copa Intercontinental celebrada en La Habana. ¿Qué recuerdos tiene usted de ese batazo, de aquel consejo de Lourdes Gourriel?

Lo que pasó ese día es que como el submarino estaba tirando un slider a veces uno tiende a abrirse y él lo que me dijo fue que no me abriera, y te cuento algo yo tenía un bate de Kendry Morales en el turno anterior, uno de los bates de mejor calidad, y en ese turno Kendry me lo quitó porque el bate de madera es personal, y si yo llego a batear con el bate de Kendry la saco por encima de las gradas de sol, y fue Lourdes Gourriel el hombre que me ayudó en eso.

¿Y cuál fue la reacción de Lourdes cuando se vieron luego del batazo, qué comentario te hizo?

Enseguida cuando vi a Lourdes en el túnel nos dimos un abrazo y  le dí las gracias.  No sé si recuerdas que el inning que sigue a ese jonrón se llenan las bases y es cuando viene de relevo Pedro Luís Lazo y da el cero.

Vamos a los inicios en el equipo Cuba, tu primera experiencia fue en 1990 cuando participantes en el Mundial Juvenil y luego se te hicieron muy difíciles los equipos Cuba, coincidiendo con grandes nombres en tu posición. ¿Qué crees que pasaba con Yobal Dueña y los equipos Cuba hasta qué punto crees que se fue injusto?

Pienso que en esa época era bien difícil, había mucha calidad en la 2da base, y no solo en la 2da en la 3ra igual había mucha calidad, en esta posición había nombres como los de Omar Linares, Miguel Caldes, Lázaro Vargas, Grabiel Pierre,  Orlando Acebey y Eduardo Cárdenas mientras en 2da Alexander Ramos, Antonio Pacheco, Juan Padilla, y de Padilla la gente piensa que solo defendía y era uno de los bateadores que más empujaban carreras de los Industriales, era un caballo.

Otro nombre era el de Oscar Macías que para mí era lo más parecido a Antonio Pacheco como bateador, era un bateador completo, otro que hacía su trabajo era Enriquito Díaz, perfecto primer bate. Yo coincidí hasta con Lázaro López que empezaba.

Hacía lo posible todos esos años que iba a la preselección nacional, unos años regresaba, hasta que me empezaron a mover a los jardines a buscarme un hueco por el estado de forma en que estaba, que era el mejor de mi carrera, nunca me vencí, siempre me gustaba trabajar, porque gracias a Dios y ese carisma que me ha acompañado tenía muchos seguidores en el equipo y era líder positivo, ayudaba mucho al equipo y eso era lo fundamental.

En la actualidad se habla mucho de la capacidad de liderazgo dentro del equipo Cuba y del ambiente que se vive. En tu etapa en el equipo nacional ¿cómo se vivía ese ambiente?

La primera preselección que yo hago, tenía en la receptoría a Alberto Hernández y Pedro Luís Rodríguez, en primera base estaba Orestes Kindelán y Lourdes Gourriel, en 2da base, Antonio Pacheco, Juan Padilla y yo, en el campo corto estaban Germán Mesa y Eduardo Paret, en 3ra base Omar Linares, Lázaro Vargas ,Miguel Caldes, en los jardines nada más y nada menos que Víctor Mesa, José Estrada, Emidelio Urrutia, Luis Ulacia y los pitcher Rolando Arrojo, Orlando ¨El Duque¨ Hernández, Jorge Luís Valdés, Lázaro Valle, Omar Ajete  y Osvaldo Fernández.

Todo el mundo se respetaba, llevaban muchos años juntos y siempre trataban de ayudar a los que llegaban, siempre había un respeto, para mí este era el dream team de la pelota cubana, el mejor equipo que ha pasado por años, era de mirarse nada más para entenderse, el respeto que se tenía, todo el mundo se llevaba bien y a la hora  de halar era halar parejo.

No tenías que estar motivándolos ellos se motivaban solos, y eran profesionales en su trabajo. Antonio Pacheco como capitán era el guía y todo el mundo lo seguía y lo respetaban. Aparte de ello la dirección del equipo en la etapa de Jorge Fuentes era una persona muy inteligente que sabía cómo llegarle al pelotero, a sus problemas, eran otros tiempos en los que nadie se iba del país.

Estuviste en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, aquella final frente a Estados Unidos en la que se perdió el oro olímpico, ¿qué tanto pudo marcar esa derrota en esa generación de atleta de la que tú eras parte?

Ese juego lo perdimos antes de empezarlo, porque supuestamente el abridor de ese juego era José Ibar, Pedro Luis Lazo venía trabajando como cerrador desde hacía 5 años en el equipo Cuba y Serbio Borges se aparece y le cambia la mentalidad al equipo.

Hay un momento en que estábamos José Ariel Contreras y yo, y Lazo se nos acerca y nos dice muy jocoso: Oye, voy abrir yo, le digo déjate de eso que vas a abrir ni vas abrir, y el que seguía oye que voy a abrir, y eso se regó como plaga dentro del equipo y de momento le cambió el chip al equipo. José Ibar ya se había enfrentado a los americanos  y le había tirado siete ceros y ellos le tenían terror.

Abrió con Lazo, le hicieron una carrera, después trajo a José Ibar, pero ya no era lo mismo porque vinieron hacer la función diferente y eso mató al equipo mentalmente, después no se le bateo tampoco, se dieron 4 hit y 2 fueron de Omar Linares y los otros de Oscar Macías y Yasser Gómez, si mal no recuerdo.

En esa Olimpiada yo tengo una anécdota mala, siendo el líder empujador del equipo, dejé de jugar.

En ese juego de la final estaba Antonio Scull en el banco loco por salir a batear de emergente por alguien, yo le decía muchacho estate tranquilo, quédate sentado al lado mío aquí en el banco que si los caballos que están jugando hoy no la han dado venir tú de emergente, para que te vas a meter en ese lío, perdimos y fue bien triste, me sentí triste por mí por no haber sido campeón olímpico, pero si no más triste por Linares, Kindelán, Ulacia, Estrada y Ajete que pudieron haber hecho lo mismo que el voleibol femenino de haber sido 3 veces campeones olímpicos consecutivo.

Para toda la delegación igual fue triste, recuerdo que nos esperaron casi con lágrimas todos, aplaudiéndonos, pero eso acabó con los Juegos Olímpicos, imagínate el béisbol dos olimpiadas consecutivas ganando el oro y nosotros éramos los guías de la delegación, y Fidel no quería cuento con la pelota, yo pienso que en esos juegos olímpicos  si el voleibol no llega a ganar la tercera medalla de oro olímpica esos juegos hubieran sido un fracaso en el sentido emocional para el país.

Jugaste 14 series nacionales bateaste 321 y un OBP de 377. Ahora desde la distancia, ya pasados los años, que es lo bueno y lo menos bueno de esos 14 años en la pelota cubana, que guardas dentro de ti.

Uno de los momentos que me marcaron en la vida y fueron los partidos contra los Orioles, había sido líder de los bateadores, no batee en ese primer juego y luego fui sustituido para el juego en los Estados Unidos, esa es una de las partes que más me dolió.

De los recuerdos  más satisfactorios, con los que vivo  es que  en 14 años que jugué en Pinar del Río, mi pueblo que lo amo y lo quiero mucho nunca me silbaron, recuerdo una temporada que estaba  a la defensa en una forma espectacular, no tenía errores en 60 juegos  y sacan una conexión con la punta del bate y sale como en tornillo y la bola se me va por debajo de los pies, la única vez que me pasó eso, y el estadio entero se paró a aplaudirme y eso uno se lo ganó, el cariño del pueblo, siempre había una sonrisa no importaba que me fuera de 4-0.

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Otra anécdota triste es en un juego que lanzaba Faustino Corrales y ganábamos 2-0 hice un error y perdimos 3×2 eso me marcó muchísimo al punto de que cuando lanzaba Faustino me sentía presionado, y me dije tengo que salir de eso, me repuse y pude salir.

En Pinar no podía salir del estadio, no llegaba a casa nunca, en un tiempo tenía que salir por dogaut del equipo visitante y demoraba hasta dos horas para salir  por la gente mostrándome su cariño.

Las Series Nacionales fueron muy bonitas y al principio el nivel era muy alto, salir del mundial juvenil, llegar a la serie nacional, estar junto a tantas estrellas, fue una etapa muy bonita, el béisbol es muy difícil,  igual que lo era llegar de un mundial juvenil a una serie nacional.

¿Sigues la pelota cubana en la actualidad?

Si sigo la pelota cubana y me da pena el nivel que tiene, mucha pena me da.

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Pensemos que tiene el mando de la pelota cubana, que es Yobal Dueña la máxima figura en la dirección del béisbol cubano. ¿Qué cambiarías?

Cambiaría la mentalidad de los peloteros porque es imposible que a un pelotero de experiencia lo pongan hacer ajustes al bate frente a un pitcher en tres turnos al bate, hay mucho talento pero los preparadores de bateo tienen que actualizarse, no se pueden hacer ajustes en un juego de pelota, ya para la tercera vez al bate tú tienes que darle un palo a quien sea, eso es lo que me está preocupando el ajuste de los peloteros, no se preparan los peloteros.

Me da lástima, cada vez que enciendo a ver un partido, el nivel está muy bajo, ya los estadios están vacíos, esa motivación la están perdiendo todos los peloteros.

Cuando yo iba al capitán San Luis y veía el estadio vacío eso no me daba motivación, me gustaba ir al Latino que siempre estaba lleno. En el Capitán San Luis se hace la rutina de llegar en el 5to y 6to inning, no sé si era la novela, y para llenar al San Luis tenía que ser play off si no se llenaba con nadie.

Se va cerrando el último mensaje de voz: Un abrazo, saludos y aquí estamos….

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