A la hora del recuento de las mejores selecciones del béisbol cubano, es imposible desde todo punto de vista pasar por alto aquel plantel que representó a la Isla en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Medellín 1978.
Para mi gusto, se trata de la escuadra más poderosa que jamás se construyó por estos lares. Su lineup iba sobrado de poder, y en el box no faltaban los brazos estelares.
Cierto: por entonces el béisbol cubano se daba banquete en cuanto evento intervenía, habida cuenta del paupérrimo nivel de los contrarios. Muchos partidos, también es verdad, parecían exhibiciones de peloteros hechos contra escuadras infantiles. Pero eso no demerita en modo alguno la calidad de aquel equipo.
La mayoría de los jugadores dirigidos en Colombia por el controvertido Servio Borges pudieron haber probado fortuna en la mejor pelota profesional del mundo. Así, cada una de sus salidas al diamante centrocaribeño se tradujo en scores desproporcionados, hasta el punto de que la prensa denominó al trabuco como la “segunda delegación boxística de Cuba”.
Se dice y no se cree: aquel grupo promedió casi seis cuadrangulares por partido, e incluso se gastó el alarde de anotarle 24 carreras en una entrada a Puerto Rico, luego de combinar 17 indiscutibles y nada menos que nueve bambinazos.
Repasemos el roster para que se aquilate mejor la dimensión del fenómeno colectivo más aplastante que dio el béisbol cubano.
Un equipo de glorias del béisbol cubano
En la receptoría había dos nombres ilustrísimos, Pedro Medina y Alberto Martínez. Mientras, el infield tenía jugadores de fuerza y contacto, velocidad y guantes convincentes: lo integraban Antonio Muñoz y Agustín Marquetti en la inicial, Rey Vicente Anglada y Alfonso Urquiola en la intermedia, Pedro José Rodríguez en tercera y Pedro Jova y Rodolfo Puente en las paradas cortas.
Los jardines, en tanto, contaban con dos de los bateadores más recordados en la historia del béisbol cubano, Luis Giraldo Casanova y Armando Capiró, escoltados por los hermanos Fernando y Wilfredo Sánchez.
Finalmente, en el área de pitcheo había un trío capaz de anular a la alineación más tremebunda: Braudilio Vinent, Rogelio García y Santiago Mederos. Junto a ellos, cuatro brazos de lujo (Juan Carlos Oliva, Félix Pino, Lázaro Santana y Gaspar Legón) redondeaban el staff.
En la estadística individual, ocho jugadores terminaron el torneo con average superior a .400, encabezados por Muñoz (líder con .714), Capiró (.614) y Casanova (.606). Sin embargo, la nota más sonora la aportó el inolvidable “Cheíto” Rodríguez, autor de 15 cuadrangulares en 45 turnos oficiales.
En cuanto al pitcheo, Rogelio y Oliva enorgullecieron a Pinar del Río con tres éxitos per cápita.
Este de Medellín 1978, el de la Copa Mundial Parma 1988 y el que asistió al Clásico Mundial de 2009, copan mi podio personal de las mejores escuadras confeccionadas en el béisbol cubano para intervenir en eventos en el extranjero.
El gran robo de los triunfos internacionales del #beisbolcubano en el amateurismo posterior a 1959
— Official baseball stats by SC (@SABRCubanBall) January 22, 2025
Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1978
-El Equipo #Cuba 🇨🇺 promedió 6 jonrones por juego
-Pedro José Rodriguez dio 15 jonrones en 10 juegos
-Contra Puerto Rico anotaron 24… pic.twitter.com/N05YSZcu3k
Equipo Cuba Juegos Centroamericanos y del Caribe Medellín 1978
Receptores: Pedro Medina y Alberto Martínez.
Jugadores de cuadro: Antonio Muñoz, Agustín Marquetti, Rey Vicente Anglada, Alfonso Urquiola, Pedro José Rodríguez, Pedro Jova y Rodolfo Puente.
Jardineros: Luis Giraldo Casanova, Armando Capiró, Fernando y Wilfredo Sánchez.
Lanzadores: Braudilio Vinent, Santiago Mederos, Rogelio García, Juan Carlos Oliva, Félix Pino, Lázaro Santana y Gaspar Legón.
Director: Servio Borges.