Por Boris Luis Cabrera
Son las dos de la tarde en Cuba y la voz de “Play ball” sale de la garganta del árbitro principal en un sonido indescifrable por las rendijas de su careta protectora. El sudor corre a borbotones por la piel de los atletas y la fanaticada se apiña en los espacios con sombras del graderío como murciélagos desesperados.
Los rayos del sol impactan como flechas afiladas sobre la anotomía de todos los mortales que están sobre el terreno de juego y la sensación térmica es de casi 40 grados centígrados.
Así se juegan las nueve entradas mientras las altas temperaturas hacen mella en las calidades individuales y el béisbol cubano se anota un enemigo, otro más en la larga lista de asesinos silenciosos que lo está destruyendo poco a poco.
Según la opinión de especialistas en la materia, hacer deporte bajo estas condiciones hace más difícil que el cuerpo humano se autorregule y los golpes de calor pueden hacer perder la eficiencia del atleta, así como mareos, perdida del equilibrio, calambres, dolores de cabeza, pérdida de fuerza, contracturas, sensación de sed, y agotamiento generalizado.
Nuestros peloteros desconocen las bebidas energéticas en la banca y tomar agua en demasía (más de un litro por hora) diluye los niveles de sodio en la sangre y tampoco es recomendable.
Por otra parte, no llevan foto protectores ni se aplican crema ligera resistente al sudor y las ropas oscuras de muchos equipos absorben con más rapidez los rayos solares.
Si bien es cierto que nuestro deporte nacional no se encuentra ahora mismo en un buen momento por diversos motivos, esto pudiera ser la explicación de tantos errores en el campo, de que nuestros lanzadores abridores apenas puedan rebasar el cuarto capítulo, o la ausencia de grandes conexiones.
Pero más allá de eso, esa combinación de altas temperaturas y humedad con esta actividad física de alta intensidad y de larga duración (sobre todo lanzador y receptor), pueden en cualquier momento provocar un trastorno de grave riesgo para la salud de cualquiera de los peloteros.
El golpe de calor en el deporte, es la segunda causa de muerte de los atletas, detrás de lesiones medulares o cerebrales y hay que estar claro con eso.
Según especialistas “El golpe de calor es un síndrome de fracaso multiorgánico que es consecuencia de una elevación de la temperatura corporal por encima de los 40 grados y un fallo en los mecanismos termorreguladores ante una sobrecarga térmica de origen exterior o interior del cuerpo humano”
Todos queremos ver pelota y estamos conscientes de la situación actual del país con el tema energético, pero creo, con el mayor respeto, que nuestros directivos deben tener estas cosas presentes y buscar una solución salomónica a este problema.
Nos vemos en el estadio (ojalá de noche)