Firmar un contrato de Grandes Ligas desde Estados Unidos puede ser una tarea mucho más complicada para un pelotero cubano en comparación con los que obtienen la agencia libre en un tercer país. También tiene otras ventajas y en ellas se está apoyando ahora mismo junto con su capacidad de trabajo y enorme fuerza de voluntad una de las figuras más talentosas con que cuenta actualmente el pitcheo de la Isla.
Se trata de quien destacara hasta el pasado año como cerrador de los Industriales: el guanabacoense Andy Rodríguez Valdés, quien literalmente se está comiendo el gimnasio y el terreno de entrenamiento para ponerse totalmente a tope de cara a su futuro inmediato. La noticia de que los Halcones de Softbank no tomarán ninguna acción legal en su contra ha sido un impulso adicional para su estado de ánimo de cara a su destino como profesional en Norteamérica.
Aunque hubo un espacio para los festejos por el cierre de 2021 y la llegada del nuevo año, fue muy poco el tiempo destinado a la celebración por parte del veloz serpentinero capitalino, quien desarrolla ahora mismo su fase de preparación en el sur de Florida.
Rodríguez rompió el pasado verano su contrato con la Federación Cubana de Béisbol y con el club japonés Halcones de Softbank, luego de terminado el torneo preolímpico en Estados Unidos. El joven decidió junto a su padre, residente en Homestead, Florida, comenzar un nuevo camino en la pelota profesional de manera independiente.
Aunque algunos consideraron de muy arriesgado el paso de quedarse en territorio estadounidense y no buscar una opción como agente libre en un país como Dominicana, su agente Carlos Pérez le sugirió optar por una firma desde su actual lugar de residencia.
El reto se antoja grande para quien se convirtiera en un puntal del pitcheo del equipo más ganador del béisbol cubano, pues se trata entre otras cosas de impresionar lo suficientemente bien para ser tenido en cuenta en un draft en el que aparecerán decenas de lanzadores norteamericanos con un talento similar.
Te puede interesar: A LAS PUERTAS DE MLB: Buenas noticias para exindustrialista Andy Rodríguez
Pero el deseo de Andy por conseguir el objetivo es inmenso, lo que unido a sus condiciones y al hecho de que es muy posible que no pocos equipos lo vean como algo diferente, sobre todo por tratarse de un cubano talentoso que fue contratado por la pelota profesional japonesa e integró la selección nacional en la que le dieron alta responsabilidad.
En su publicación dentro de su perfil oficial de Instagram señaló que este proceso actual era sin prisa, pero sin pausa, y se ven algunos videos de su duro entrenamiento en el gimnasio, así como en el campo donde se pone en la forma óptima para su participación con el equipo de la Universidad de Miami Dade. Ello será lo que le permitirá entrar al draft amateur y ser adquirido por quien lo desee en la ronda que así lo estime.
Muy pocos dudan, entre ellos este periodista, que Andy Rodríguez consiga un contrato de liga menor este 2022. El tema de su ascenso a las Grandes Ligas dependerá de disímiles factores entre los que sobresale como es lógico la manera en que se adapte al nivel de juego de las Menores y las oportunidades que le brinden como relevista, que en teoría deberá ser el rol a cumplir también dentro de los Estados Unidos.
Andy no tardó nada en convertirse en uno de los mejores relevistas de la pelota cubana desde que llegó en la lid 2017-18, y de hecho en un momento determinado llegó a ser el mejor. Sobre todo, la campaña 2019-20 en la que Industriales discutió el pase a la gran final frente al elenco de Camagüey dentro de una temporada en la que debutó con el equipo Cuba en el torneo Premier 12. En la última justa el nacido en 1998, tuvo récord de 5-5, 2.25 de efectividad y 12 juegos salvados.
Su recta ha sido su arma fundamental, con picos de hasta 95 o 96 en algún momento y una bola rápida sostenida de 92-93. Con una mejoría en su masa muscular activa y en ciertos aspectos técnicos para la mecánica de pitcheo y el entrenamiento es bastante probable que esos índices suban de forma apreciable.
