El cerrador más emblemático que ha pasado por las Series Nacionales, Euclides Rojas, dejó boquiabiertos a los seguidores del popular espacio de YouTube “El Show de Swing Completo” cuando hizo una asombrosa referencia a la velocidad del derecho capitalino Lázaro Valle.
A la pregunta de si en la pelota insular conoció algún lanzador tan veloz como el Aroldis Chapman de la MLB, Euclides Rojas aseguró que no, pero citó como pitcher “muy duros” a Ariel Prieto, Rogelio García, José Ariel Contreras y Pedro Luis Lazo.
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Entonces hizo un aparte para hablar de Valle. “Yo lo vi marcar 100 mph en el noveno inning durante un campeonato en Puerto Rico”, dijo.
Voz sobradamente autorizada para hablar de pitcheo, Euclides Rojas contó que “ese día yo estaba en las gradas con el radar y a mi lado se sentaba el conocido scout cubano Mike Brito. En ese noveno inning el mío marcaba 99-100 mph, y la de Brito también”.
La revelación fue estremecedora, toda vez que Valle nunca estampó esa velocidad en los velocímetros utilizados en las transmisiones de la Serie Nacional. Sereno como siempre, Euclides Rojas explicó así dicha incongruencia.
El velocímetro de la TV cubana siempre se equivocaba, según Euclides Rojas
“El problema es que lo que había en la televisión de Cuba para medir la velocidad de los envíos era un dispositivo creado por un trabajador del ICRT. Y el aparato se equivocaba en sus resultados; siempre se quedaba varias millas por debajo. Por ejemplo, en Cuba René Arocha y Orlando Hernández solo tiraban entre 138 y 142 kilómetros por hora (cuando 145 es el equivalente de las 90 millas) y Rolando Arrojo, que en MLB llegó a tirar 96 mph, allá nunca estuvo a ese nivel”.
En otro momento de la charla, Euclides Rojas no vaciló a la hora de enumerar a los bateadores que mejor le conectaron.
“Había tres que me bateaban a placer. Uno fue Javier Méndez, que cuando jugó con Metropolitanos me hizo estragos, algo que ya venía haciendo desde que estábamos en las categorías infantiles; otro era Pedro Jova, a quien me costaba mucho trabajo sacarle out; y el tercero, que en paz descanse, Romelio Martínez, que me daba unos jonronazos increíbles”.
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Considerado uno de los lanzadores más inteligentes de las Series Nacionales, Euclides Rojas no tenía la recta supersónica del cerrador tradicional, pero dispuso de una de las mejores curvas de los clásicos domésticos y un control privilegiado.
En 1994 aprovechó la ocasión de la crisis de los balseros para hacerse al mar junto a su esposa, su hijo pequeño y otras 14 personas. Después de pasar unos meses en la Base Naval de Guantánamo, llegó a Estados Unidos y firmó un contrato ligaminorista con Miami Marlins, pero las lesiones afectaron su rendimiento en Doble y Triple A.
Entonces decidió hacerse entrenador y en esas funciones ha estado vinculado con las organizaciones de Florida Marlins, Boston Red Sox y Detroit Tigers.
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