Alexander García Milián
En la Serie 56, cuando los Alazanes de Granma ganaron su primer campeonato, el hombre clave en aquel play off semifinal ante los Cocodrilos de Matanzas fue Guillermo Avilés, quien se vistió de largo en los juegos seis y siete, allí, en el mismo Victoria de Girón.
Todavía recuerdo las palabras de Víctor Mesa en la conferencia de prensa después del juego siete, cuando señalaba que Avilés era quien los había eliminado.
Hoy, cuando Alazanes y Cocodrilos animan la final de la Serie 60, la figura del inicialista granmense vuelve a descollar como referente del equipo, más cuando Alfredo Despaigne y Lázaro Cedeño no están en la alineación.
Es cierto que el rol de hombre grande de los Alazanes hasta el momento ha sido Raico Santos, quien promedia para más de .400 de average, con más de 20 hits, dos cuadrangulares y 14 impulsadas. No obstante, ya en el segundo partido Avilés pegó dos hits e impulsó una carrera, algo que puede estar dando una idea sobre el posible despertar del talentoso zurdo.
Avilés no ha tenido una temporada sencilla. Tras su regreso de México (jugó contratado en Los Mochis), no lució en el duelo de cuartos de final ante Industriales, y después no jugó ante los Vegueros de Pinar por contagiarse de coronavirus. Todos estos factores ponen en duda su estado de forma, pero hay que tener en cuenta su posible impacto en las dinámicas de este nuevo duelo, pues se trata de un pelotero con todo el potencial, hecho para momentos claves como los partidos que vienen en la final.
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Ya Carlos Martí ha dejado claro que Guillermo Avilés no está en su mejor momento, pero al mismo tiempo ha manifestado toda la confianza en el atleta pues el mismo se mantiene enfocado en el entrenamiento diario en pos de limar las deficiencias y alcanzar la óptima forma deportiva.
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Hablamos de un hombre que, si rinde como en la fase clasificatoria del campeonato, puede echarse el equipo encima. Ahora, a las puertas del trascendental tercer juego –puede sentenciar la final o darle vida a los Cocodrilos–, Avilés se pinta como una pieza clave para los Alazanes.
Nos vemos a la vuelta.