El tunero Henry Urrutia fue de esos peloteros que vivieron una injusticia tras otra cuando se hacían las convocatorias del equipo Cuba, y la causa de su “mala fortuna” seguramente radicó en un suceso acontecido durante la celebración de los Juegos del ALBA del año 2009.
Según relató Henry Urrutia en “El Show de Swing Completo”: “Estábamos en Villa Clara jugando ese torneo y una noche me llamaron a una habitación de Seguridad del Estado donde se me dijo que uno de los requisitos necesarios para hacer equipos Cuba era ser revolucionario y confiable, y que era sabido que había peloteros como Leonys Martín y Yoenis Céspedes que querían irse del país”.
Hijo del legendario Ermidelio Urrutia (y pariente además de Osmani Urrutia, cinco veces campeón de bateo en la Serie Nacional), la respuesta que dio el entonces joven pelotero terminaría limitando sus opciones futuras de integrar la escuadra absoluta de la Isla.
“Yo pregunté si lo que se me estaba diciendo era que para hacer el equipo nacional había que chivatear a otros peloteros, y aclaré que si era así me podían mandar de inmediato para mi casa, que yo estaba ahí solo para jugar pelota. Y así mismo fue, al día siguiente me mandaron para mi casa”.
A partir de ahí todo se complicó para Henry Urrutia. Desforraba la pelota en cada juego, pero aquello pasaba inadvertido a la hora de hacer las selecciones. Eso, hasta que llegó el momento de acomodar el equipo para el Mundial Universitario de 2010.
Henry Urrutia, sin suerte con el equipo Cuba
“Me llevaron porque quemé la liga hasta el punto de promediar .397, solo por detrás de Alfredo Despaigne y José Dariel Abreu. Sin embargo, en esa competencia solo me dieron dos turnos al bate, uno contra China y otro ante Sri Lanka”, contó.
Ahí no pararon las desventuras del hombre que después jugaría dos temporadas MLB con Baltimore Orioles y escribiría una historia sensacional en el béisbol invernal.
“Acabándose el Mundial Universitario, el hoy fallecido Higinio Vélez me dijo que me preparara, que yo iría al Premundial de 2010 en Puerto Rico. Me dijeron el día que iba a pasar el autobús a recogerme en el INDER de Las Tunas, y allá fui con mi maletín acompañado por mi padre”, rememoró.
No obstante, Henry Urrutia nunca subió a ese autobús. La persona que venía al frente del grupo explicó que él no aparecía en la relación que le habían entregado, su padre hizo varios intentos infructuosos por localizar a Higinio Vélez, y con el paso de los días se les informó que a última hora se había decidido dejarlo fuera para llevar a otro jugador.
“De ahí viramos para la casa, cogí mi camisa del equipo Las Tunas, le pegué candela y juré que en Cuba no jugaba más. Eso mi padre lo sufrió muchísimo. Él me pedía paciencia y me contaba las cosas que le habían hecho a él, pero yo no iba a pasar por eso ni por lo que le había pasado a su primo Osmani”.
A lo largo de cinco temporadas en la pelota cubana, Henry Urrutia redondeó un average de .349 con slugging de .521 y OPS de .946.