Pelotero de los pies a la cabeza, el tunero Henry Urrutia ha escrito una historia admirable en los circuitos caribeños, donde su calidad al bate inspira respeto en cada lanzador. Sin embargo, el camino hasta aquella pelota fue bastante azaroso.
Según contó en “El Show de Swing Completo”, antes de salir de Cuba en septiembre del año 2011 tuvo que vivir dos intentos fallidos de salida ilegal, su suspensión por tiempo indefinido en la pelota cubana, e inclusive llegó a prohibírsele la entrada a la universidad donde estudiaba. Pero al inicio de todo, él no quería irse del país.
“Desde dos años antes de salir, estaban viniendo personas a hablar conmigo y meterme ‘ruidito’. Gente que vio en mí lo que no había visto la Comisión Nacional. Pero yo me mantuve firme y dije que quería jugar en Cuba, que no podía decepcionar a mi papá”, relató Henry Urrutia.
Lo que pasa es que luego se sintió ninguneado por los directivos del béisbol cubano y, harto de frustración, decidió que la solución era emigrar.
“Con la única persona que hablé fue con mi mamá, no fuera a ser que yo me perdiera de la casa y a ella le diera una cosa por la preocupación”, dijo.
La odisea de Henry Urrutia
Al fin, un buen día se dispuso a salir clandestinamente por la antigua provincia Habana. Junto al avileño Adonis García y otro pelotero, Henry Urrutia recorrió 14 kilómetros hasta la costa y al arribar allá les dijeron que la lancha no había podido entrar.
“Tuvimos que volver a caminar los 14 kilómetros para virar por los matorrales, de madrugada y con el guía abriendo camino con el machete”, recordó el hijo del legendario Ermidelio Urrutia. “Entonces nos tiramos a descansar en un cañaveral y en ese lugar nos cogieron. Estuvimos presos como 10 días en Quivicán y mi papá fue a buscarme. Por eso no pude quedarme en La Habana; en cambio, Adonis sí se quedó allá y a los tres días logró salir”.
Al volver a Las Tunas, Henry Urrutia fue citado a una reunión con el manager del equipo y el director provincial del INDER. Les explicó que no estaba interesado en seguir jugando en Cuba y le dijeron que no se tomarían represalias, que le darían un tiempo para que pensara en la reincorporación.
“Pero no fue de esa manera. Me dijeron que no habría represalia y resulta que me suspendieron indefinidamente. Hicieron hasta un acto público donde un pelotero del equipo leyó un texto donde se me acusaba de contrarrevolucionario. Eso en realidad no me importaba porque ya no iba a seguir jugando allá, pero después al llegar a la universidad (en ese entonces estaba cursando el quinto año) me dijeron que tenía prohibida la entrada porque la universidad era para los revolucionarios”.
El testimonio de Henry Urrutia en “El Show…” reveló además que luego le prohibieron trabajar con unos niños que entrenaba “por gusano”. Al poco tiempo hizo otro intento fallido en el que fue detenido en Matanzas y encerrado cerca de dos meses y a la tercera fue la vencida cuando finalmente pudo lograr el objetivo por Caletones, en Holguín.
Lo que ocurrió luego es conocido: Henry Urrutia llegó a Grandes Ligas con el uniforme de Baltimore Orioles, se convirtió en el primer cubano campeón de bateo en la exigente liga dominicana y, para mayor gloria, repitió la gesta en México.
Creo que el fue lider bste aquí en Venezuela con los Cardenales de Lara.