El japonés Ichiro Suzuki acumuló números y logros más que suficientes para ser considerado un inmortal por cada uno de los escritores votantes.
Cuando se revelen los resultados oficiales de las votaciones para el Salón de la Fama de Cooperstown (Clase 2025) el próximo martes 21 de enero, por el canal MLB Network (6:00 pm, ET), se sabrá si Ichiro Suzuki finalmente recibió o no el 100% de los votos. Sí, porque es casi un hecho que al menos obtendrá el 75% de ellos y forme parte del recinto histórico.
La interrogante en este caso sería sobre la posibilidad de que Ichiro Suzuki se convierta en el segundo jugador que ingrese a dicho museo de manera unánime (Mariano Rivera ha sido el único). Al momento de redactar estas líneas, al nipón lo habían tenido en cuenta todos los votantes, según las boletas reveladas.
Que Ichiro Suzuki reciba el 100% de los votos no parece algo descabellado. Las estadísticas y premios individuales que alcanzó en su carrera de Major League Baseball (MLB) durante 19 años son suficientes para merecerlo. Ahora bien, la polémica radica en la cantidad de jugadores estrellas que pertenecen al Salón de la Fama de Cooperstown y no lograron entrar de manera unánime.
Para que se entienda mejor, el nombre de Ichiro Suzuki pudiera estar marcado en cada una de las boletas de los votantes. Eso, a mi juicio, estaría perfecto, es lo más sensato. Sin embargo, a pesar de que cada año el grupo de escritores acreditados para votar sufre algunas variaciones, me resulta incomprensible (aunque respeto la opinión de cada uno) que algunos de ellos le nieguen su voto a peloteros que también debieron recibirlos en su totalidad.
Ichiro Suzuki no debería ser el único jugador de posición unánime
Nunca antes, en la historia de las votaciones por la inmortalidad de MLB un jugador de posición recibió la aprobación de todos los votantes. La Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA) cuenta con muchos expertos de este deporte. Sin embargo, no todos dominan estos parámetros o tienen una visión acorde a la realidad de un pelotero. Reitero, no es el caso de Ichiro Suzuki, la leyenda de Seattle Mariners reúne todas las cualidades para tener una placa en Cooperstown.
Lo que sucede es simple, me cuesta infinitamente asimilar que algunos escritores no le dieron su voto a jugadores de la talla de Babe Ruth (95.1% de los votos en 1936), Ted Williams (93.4; 1966), Stan Musial (93.2; 1969), Mickey Mantle (88.2%; 1974) o Willie Mays (94.7 %; 1979), por mencionar solamente algunos.
Solo me resta pensar que esos escritores que no le dieron su voto a figuras tan relevantes del béisbol, que marcaron época, considerados entre los más grandes peloteros de todos los tiempos, simplemente no lo hicieron por un problema personal. Dígase (no afirmo) que no eran de su agrado por algún motivo, que los hicieron sufrir por un batazo oportuno o un fildeo de leyenda contra su equipo favorito, que les negaron una entrevista o autógrafo, no sé, pero de algo estoy completamente seguro, no tuvieron en cuenta la integridad del jugador. Recuerden, no me refiero a Ichiro Suzuki, este fue ejemplar en sus años de jugador activo.
No es de extrañar que algún escritor no vote por Ichiro Suzuki
Se puede ser excéntrico o bastante exigente a la hora de votar, pero hay límites. No dar un voto por Ty Cobb, Walter Johnson, Christy Mathewson, Honus Wagner, Hank Aaron, Nolan Ryan o Ken Griffey Jr., entre otros grandes peloteros de la historia, no tiene justificación, al fin y al cabo ninguno de los integrantes del Salón de la Fama de Cooperstown fue intachable, también fueron mortales. Ichiro Suzuki se acerca a la perfección, sin embargo, también es humano. Por lo que es posible que alguno de los escritores votantes en esta clase del Salón de la Fama entienda o tenga sus “razones” para negarle su aprobación.
Si ya me adentré en camisa de once bal*s, no voy a pasar por alto tampoco mi desaprobación con respecto a la negación de votos a varios jugadores por parte de un grupo de escritores. Sobre todo en los casos de Pete Rose, Barry Bonds y Roger Clemens. Pero en esta oportunidad no profundizaré sobre este tema, tampoco en el de Joe Jackson y otros más que en mi opinión merecen más respeto.
Ichiro Suzuki fue muy disciplinado en sus años como jugador activo, tanto dentro como fuera del campo de juego. También mantuvo esa conducta en su natal Japón, como estrella en la Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB). Recientemente fue inmortalizado en el Salón de la Fama de esa nación asiático.
Mariano Rivera sí y otros grandes lanzadores no ¿Por qué? ¿Ichiro Suzuki sí?
Lo contradictorio radica en los resultados de las votaciones históricas para elegir a los inmortales de Cooperstown. ¿Mariano Rivera? Por supuesto que mereció el 100% de los votos, pero acaso ¿no debieron ser unánime otros lanzadores como Sandy Koufax, Bob Gibson, Tom Seaver, Pedro Martínez o Randy Johnson? Entonces, si “Ichi” finalmente es elegido por todos los escritores, ¿se puede considerar de injusto los resultados de años anteriores? Por supuesto que sí.
Soy del criterio de que los integrantes del Salón de la Fama de Cooperstown deberían elegirse mediante la aprobación de un selecto grupo de historiadores y conocedores de MLB. Podrían ser máximo 20 votantes, los más conocedores, los más objetivos. Una carrera ilustre merece ser evaluada por los mejores, no deberían ser varios cientos, no todos merecen tal honor. No importa si Ichiro Suzuki recibirá el 75% o el 100% de los votos, para mi gusto, ya es unánime, pero también lo son todos los que pertenecen al recinto histórico y otros que no han hecho el grado y merecen estar.
Yo particularmente me quedo con el consejo que alguna vez me dio el amigo John Thorn (historiador oficial de MLB): “Lo mejor es que cada uno de nosotros tengamos nuestro propio Salón de la Fama en el corazón”. En ese caso, mi museo sería almo más extenso, Ichiro Suzuki lógicamente tendría su placa, pero de la misma manera que el resto, sin diferencia de votos.
Por cierto, resultaría muy interesante conocer los argumentos de aquellos escritores que no votaron por Ken Griffey Jr. o Derek Jeter, por solo mencionar un par de estrellas. Antes de finalizar les dejo un pequeño detalle, para que investiguen y profundicen al respecto. Todo parece indicar que Bobby Abreu tampoco alcanzará este año los votos necesarios para ser un inmortal de Cooperstown. Sin embargo, en menos comparecencias al bate se embasó más que el eterno primer bate japonés. De por vida, Abreu finalizó con un OBP de .395 por .355 Ichiro. El venezolano no ganó 10 Guantes de Oro, pero ganó uno, revisen el resto de las estadísticas y seguramente llegarán a la conclusión de que el campeón de un Derby de Jonrones en MLB, también merece el voto.
