Por Daniel de Malas / danieldemalas@swingcompleto.com
El torneo más vilipendiado de la temporada 2022 en el béisbol cubano ha sido la Serie Nacional Sub23, que pasó de promesa a cancelada para luego terminar anunciada con unos pocos partidos y ahora, para colmo de males, a solo días del Día Inaugural el equipo de La Habana no tiene manager para el evento.
Según reportó Boris Luis Cabrera en Tribuna de La Habana, la preselección capitalina entrena en estadio Changa Mederos esperando el corte final de 25 peloteros, que será anunciado el próximo jueves 21 de julio.
La preparación se lleva a cabo bajo la mirada de varios estelares peloteros retirados de la pelota cubana, de varias generaciones, y otros destacados jugadores.
Entre los preparadores se encuentran Rey Vicente Anglada, Johyce Su, Antonio Acea, Yoandry Urgellés, Antonio Scull, Iván Correa, Saúl Ballester y Rolando Verde.
Ahora, lo verdaderamente increíble es que ese equipo no tiene director definido, cuando el venidero 2 de agosto saldrán al terreno del Coloso del Cerro para enfrentar a Artemisa, en la primera subserie del campeonato, tristemente pactado a solo 15 juegos.
La Habana luego jugará dos partidos con La Isla (de visitante), Pinar (en casa) y repetirá el mismo orden, alternando la sede, para completar cinco encuentros ante cada uno de estos tres rivales.
La publicación de Tribuna recuerda que hace 3 años no se juega un torneo nacional de esta categoría.
Volviendo al manager, el jueves que se anuncie el roster oficial del equipo, también se dará a conocer el cuerpo de dirección, generando una infinidad de dudas sobre el trabajo del béisbol en Cuba, que anda llenos de incongruencias como esta.
¿Cómo se puede tener un corte final, un equipo entrenando, una estrategia, sin tener piloto? Solo es posible en Cuba, en especial en su pelota.
Los pésimos resultados internacionales, amparados por una Federación Cubana del deporte que parece fijarse más en las justificaciones de turno y cualquier otra cosa menos en la calidad de sus jugadores y el espectáculo que brindan, no son huérfanos, sino que tienen unos padres muy claros y que aún no hemos podido desterrar del pasatiempo nacional.
Sin más por ahora,
Daniel de Malas