El Inder y la Comisión Nacional, hacen el ridículo tras nuevo nombramiento de COCABE

Por Pablo E. Díaz 

   La Comisión Nacional de Béisbol, y el Instituto Cubano de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), vuelven a protagonizar un ridículo mayúsculo. En días recientes la Confederación del Caribe de Béisbol (COCABE) nombró al experimentado estadístico cubano, Carlos del Pino Muñoz, como presidente de su comisión de estadísticas, y deja mal parados a quienes pretendieron destruirlo.  

   El pasado año intentaron truncar la extraordinaria hoja de servicios del destacado compilador al sancionarlo, injustamente, y separarlo del puesto de trabajo que ocupó y desempeñó, eficientemente, por más de 20 años.  

   Basados en suposiciones y conjeturas mal intencionadas, llegó la arbitraria decisión de la mano de varios personajes que, en todo momento, irrespetaron e ignoraron la excelente labor que desempeñó Del Pino dentro de la máxima dirección del béisbol cubano. A pesar de esto la asumió, valientemente, consciente de su inocencia.  

   Carlos, reconocido por la mayoría de las personas vinculadas al mundillo de la pelota en la Isla, como uno de los estadísticos más eficientes de Cuba en las últimas dos décadas, comenzó su vínculo con el béisbol en el año 1982 gracias, en gran medida, a su amistad con Emilio Bacardí Hernández quien, en ese período, era el responsable de anotación en la provincia de Camagüey, territorio que lo acogió calurosamente como un nativo, pese a ser natural del pinareño municipio de Consolación del Sur.

   Desde ese entonces, transitó como anotador y compilador, por diversos campeonatos en el territorio agramontino. El camino hacia la consagración, no fue fácil para este licenciado en idioma ruso e inglés. Trabajó en cuanto torneo existió en la Isla por esa época, ligas campesinas, Series Provinciales, Ligas Azucareras y de Desarrollo, entre otras, hasta convertirse en un anotador eficiente y respetado por todos. 

   Su llegada a las Series Nacionales ocurrió en 1991, como asistente de anotación de Juan Fernández Varona, en ese momento, el anotador titular del estadio Cándido González. De igual manera laboró junto a Sebastián Esquivel, el anotador más longevo en la actualidad dentro de la Serie Nacional. 

   Para 1994 comienza a asistir a los diferentes campeonatos pioneriles y escolares que se desarrollaban en esa época. Cuando Rolando Díaz Lluch, responsable de esas categorías en la comisión nacional, se percató de la calidad y la dedicación con la que realizaba su trabajo, no tardó en designarlo como responsable de anotación y estadísticas de esas categorías en el país. 

   Siendo miembro de la Comisión Provincial de Béisbol, en Camagüey, y haciendo gala de su versatilidad dentro del mundo de la pelota, es propuesto y nombrado, como delegado de los tinajoneros para las Series Nacionales, en sus ediciones 35 y 36, y las dos Copas Revolución, celebradas en los años 1996 y 1997. 

Carlos del Pino junto al reconocido árbitro cubano Nelson Díaz.

   En el mes de noviembre, del propio 1997, Andrés Díaz, le propone trasladarse a la capital para atender un nuevo puesto de mando creado, por el entonces presidente de la Federación Cubana, Carlos Rodríguez. Allí se emitían los partes diarios de los juegos, el resumen estadístico al concluir cada jornada, se contabilizaban los lanzamientos de los pitcher y otros detalles. Esta idea fue muy bien recibida por todos, ya que brindaba un grupo de facilidades en el trabajo estadístico y técnico, que antes no existían. 

   En 1999, comienza a trabajar, oficialmente, como estadístico del equipo nacional, durante la preparación del elenco cubano que se enfrentaría a los Orioles de Baltimore perteneciente a Liga Americana, de las Grandes Ligas estadounidenses. Ese mismo año se comienzan a editar, nuevamente, las guías oficiales de béisbol donde su aporte y colaboración fue vital. 

   Transcurría el 2002 cuando, Eduardo González, responsable del departamento estadístico del béisbol cubano decide retirarse. Es justamente en ese momento cuando asume ese cargo y es homologado como anotador internacional, de la extinta Federación Internacional de Béisbol (IBAF), hoy WBSC. 

   Durante la Copa Intercontinental celebrada en La Habana en 2002, realiza la función de Viladecan (asistente) para el evento, del italiano Gianpaolo Reiter, director de anotación de la IBAF, e ingresa como miembro oficial de la misma. 

   El preolímpico del 2003 marcó su debut como anotador en un torneo oficial y su ingreso a la comisión de estadísticas de la Confederación Panamericana de Béisbol (COPABE). 

   A partir de ese instante su desarrollo y prestigio fue en ascenso al punto de asistir representando a Cuba, a más de 20 eventos internacionales de carácter oficial, incluidos dos Juegos Olímpicos (Atenas 2004 y Beijing 2008, trabajó ambos juegos por la medalla de bronce); cuatro campeonatos mundiales (Holanda 2005, Taipéi de China 2007, Europa 2009 y Panamá 2011, en todos trabajó la medalla de bronce); el primer torneo, Premier 12, donde igualmente anotó el desafío por las preseas bronceadas.

   Otros torneos de nivel contaron con su presencia bolígrafo en mano, detrás de la hoja de anotación en el partido que definía al campeón. El primer Campeonato Mundial de la categoría Sub-23 en 2016; los Mundiales Juveniles de Canadá 2010 y 2017; en 2018 el Mundial de Softbol masculino Sub-18, que tuvo por sede a Canadá y el Mundial Femenino de Béisbol celebrado en Orlando, Estados Unidos; y los Juegos Panamericanos de Lima 2019, entre otros. 

   Su extraordinaria visión y su magistral poder de análisis en temas beisboleros, lo llevaron a realizar varias funciones dentro del béisbol cubano, y en nuestra área geográfica. Por ejemplo, en 2013 realizó funciones de scout para el equipo Cuba, junto a Lourdes Gurriel y Jorge Fuentes. Ha impartido tres cursos internacionales, en América, para anotadores y estadísticos e igual número de conferencias para instructores de béisbol en la COPABE. 

   Cuenta en su haber con la coautoría de dos libros, uno en compañía del desaparecido Alberto Pestana titulado Resumen Estadístico del Béisbol en Juegos Centroamericanos; y el otro se encuentra en proceso de edición junto a Frangel Reynaldo; se llamará Sabermetría para el Béisbol Cubano

    Recibió un premio especial de la IBAF por la traducción al sistema de dicha institución, de los resúmenes estadísticos de todos los eventos internacionales celebrados, en Cuba, a partir de 1971. 

   En 2004 fue fundador, y eje esencial, en la creación de la página web oficial del béisbol cubano, cuando las condiciones técnicas eran ínfimas y la mayoría del trabajo se realizaba a mano. Es válido acotar que para nada es el responsable, en la actualidad, del indeseado muñequito amarillo que anuncia, PÁGINA EN CONSTRUCCIÓN. 

   Es un defensor a ultranza de la restauración y definitiva puesta en marcha del Salón de la Fama del Béisbol Cubano, ha puesto todo su empeño para que esa idea se haga realidad. En 2014 formó parte del comité organizador y elegido, por votación popular, como miembro de su comité elector durante el primer intento de reactivación del mismo. 

Equipo de trabajo para la refundación del Salón de la Fama del Béisbol Cubano (2018)

   En 2018 fue elegido, nuevamente por votación, como coordinador general del grupo de trabajo que estuvo laborando, una vez más, en ese ansiado proyecto que de forma decepcionante no llegó a buen término. 

   Ese es, a grandes rasgos, Carlos del Pino, un hombre que vive para, y por el béisbol, siempre apoyando y colaborándole a jóvenes con ganas de hacer cosas en favor de nuestra pelota y concretar sueños ambiciosos. Lo hizo con los integrantes del grupo Independiente de Investigación del Béisbol (GIIB), en su momento; y en la actualidad lo reafirma como miembro activo del Consejo Nacional Martiano, Béisbol de Siempre. Varias páginas deportivas de diarios cubanos, emisoras de radio, y programas televisivos, cuentan hoy día con su ayuda desinteresada e incondicional. 

   Otro proyecto que está listo para que los seguidores del béisbol en Cuba y el mundo, disfruten de él, es la edición de un juego de postales de los mejores jugadores cubanos de todos los tiempos; en esa idea, tan demandada por los fanáticos, Carlos, también fue fundamental.  

   Esa inmensa obra en defensa de la pelota fue reconocida, recientemente, por la Confederación del Caribe de Béisbol (COCABE) de forma merecida. Resulta penoso como, en reiteradas ocasiones, instituciones internacionales son capaces de reconocer a nuestros profesionales por sus extraordinarios méritos, en cambio, nosotros intentamos destruirlos.  

Los hombres que han tejido su historia con los hilos del sacrificio y la virtud de crear, merecen respeto. 

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