Industriales a solo un paso de la batalla por el comodín

Por Boris Luis Cabrera Yhovani Peñalver tomó el timón del barco azul y llevó a Industriales a lejanas latitudes, donde solo un milagro apocalíptico, haría posible la llegada de Piratas y torcedores de tabacos. El muchacho del Cerro, le metió el pecho a las balas y con un madero caliente y un fildeo espectacular, lanzó […]

Por Boris Luis Cabrera

Yhovani Peñalver tomó el timón del barco azul y llevó a Industriales a lejanas latitudes, donde solo un milagro apocalíptico, haría posible la llegada de Piratas y torcedores de tabacos.

El muchacho del Cerro, le metió el pecho a las balas y con un madero caliente y un fildeo espectacular, lanzó por la cubierta a los filibusteros isleños, para que su tropa alcanzara una de las victorias más importantes de la temporada con pizarra final de 6-2, arrebatándoles a los isleños el mapa que dice el punto exacto donde está enterrado el botín de los comodines.

“El equipo salió adelante, había que darlo todo”-Me dijo minutos después de terminado el choque.

Cuatro cañonazos-entre ellos par de tubeyes-y tres carreras traídas a casa, fue toda su acción ofensiva de la jornada, suficiente para apuntalar el trabajo del lanzador abridor Marcos Ortega, a quien salvó en el mismo primer episodio con un engarce de leyenda, cuando los anfitriones amenazaban con dinamitarle el box.

Totalmente divorciado de la zona de strike, el joven de 21 años de sangre oriental y corazón azul, congestionó los ángulos boleando a tres rivales y soportó un cohete impulsador de Leonardo Urguellés que lo hizo tambalearse en el box, pero luego de la joya defensiva, se mantuvo hasta el séptimo capítulo sin permitir libertades para lograr su tercera victoria de la temporada.

Yordanis Samón, otro de los Leones llegados de otras tierras, también se unió al ataque y sonó un bombazo de dos bases que empujó a dos compañeros para el plato para no perder la costumbre y dejar su firma en el acta de defunción de sus adversarios.

“El Rey”, evitando historias de épicas batallas perdidas y resurrecciones mitológicas, encaramó en el box a Andy Rodriguez en el “lucky seven” para dar los tiros de gracia y el joven talento una vez más evaporó esperanzas contrarias, salvando su octavo partido de la contienda.

Ahora, el número mágico para que los Industriales vayan a luchar por uno de los dos comodines es 2. Cualquier combinación que dé este número les daría ese privilegio (dos victorias azules o dos derrotas de sus perseguidores)

Los Piratas y los Vegueros (que ahora se enfrentan entre sí) solo pueden llegar a 24 victorias y los capitalinos tienen ahora mismo 22 cuando les restan cinco partidos por efectuar.

Al ganarles a ambos la serie particular, solo necesitarían un par de triunfos para conseguir sus objetivos.

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