Por Yasel Porto
El legendario deportista cubano Javier Sotomayor Sanabria ha sido víctima de un delito que podría traerle problemas a otras personas y al propio recordista mundial en salto de altura.
El titular olímpico de Barcelona 1992 hizo la denuncia pública de este ultraje hacia su persona, en el que buscan la manera de aprovecharse de muchos que tienen vínculo con él a través de las redes sociales.
La estrategia usada con Sotomayor ha sido la típica que se ha implementado últimamente a través de varias plataformas sociales, sobre todo Facebook, al hackear la cuenta de la persona y hacerse pasar por ella. Luego se hace la invitación a los amigos a escribir por WhatsApp y por allí pedir una suma de dinero. En todos los casos es solo a través de texto como es lógico, y durante ese tiempo la víctima puede seguir usando la cuenta sin que se pueda percatar del robo de identidad.
“Por favor, no aceptes este estafador que con mi foto puso un perfil falso y está pidiendo dinero y recarga a mi nombre”, fue el post publicado en su muro de Facebook por el llamado “Príncipe de las Alturas”.
Han sido muchos los ejemplos de personas perjudicadas con esta cuestión, ya sea los que ven invadida su privacidad con el objetivo de estafar a otros, como los que resultan estafados por confiar en que se trata del dueño real de la cuenta. Algunos deportistas que han sufrido esto han sido Yunior Paumier, Yadir Drake y Rolando Viera.
Por lo general en la mayoría de los casos lo recomendable es cerrar el perfil actual de Facebook y abrirse uno nuevo, aunque otros optan por denunciar públicamente lo sucedido y mantener la misma cuenta, sobre todo por lo engorroso que resulta empezar de cero con los contactos, fotos, publicaciones y seguidores, en caso que se trate de figuras públicas que dependen de cierto modo de quienes estén pendientes a lo que hacen profesionalmente.
A modo de consejo les recomiendo que cada vez que vean a alguien, por muy cercano que sea, que le pide que lo contacte por WhatsApp porque necesitaba conversar con usted, ese es el primer paso para enganchar a la víctima. Es el mensaje habitual que por desgracia ha sido acatado por muchos.
Comenzar una comunicación por WhatsApp trae el gran riesgo de que el estafador ya tenga el contacto de la persona a la que quiere estafar, y aunque eso no indique que automáticamente sus tarjetas bancarias serán manejadas por el malhechor, es un pequeño riesgo que se corre. Lo mejor es ni responder desde que se recibe el mensaje inicial vía Messenger, aunque también te recomiendo busca chequear algunos consejos más especializados sobre el tema.
Según ha comunicado Facebook ellos están tratando de resolver esta situación, pero es sabido que en el mundo digital de hoy los hackers tienen un paso adelantado y difícilmente tal realidad pueda cambiar en un futuro inmediato. A su vez, esta gigantesca plataforma social es demasiado insegura en muchos aspectos y sus administradores han dejado claro que tampoco pueden garantizar una seguridad absoluta para los usuarios.
Lo único totalmente seguro es no tener una cuenta y ya sabemos lo difícil que resulta en nuestro mundo actual no estar comunicado con los demás por algún espacio social. Por suerte o por desgracia es la era que nos ha tocado vivir en la que hay muchas ventajas en el avance tecnológico, directamente proporcional en número a los peligros existentes para los que nunca habrá una protección absoluta.