Aceptado como uno de los sluggers más sensacionales del siglo pasado, el cubano José Canseco siempre cargará con el sambenito de protagonizar uno de los bloopers más irrisorios de la historia de la MLB.
Oriundo de Regla, José Canseco entró al béisbol en modo tromba: fue Novato del Año en 1986 y dos temporadas después ya había rebasado el centenar de vuelacercas.
Su fama alcanzó el cenit precisamente en 1988, cuando disparó 42 cuadrangulares, estafó 40 bases e inauguró el famoso Club 40-40, tan selecto que hasta el día de hoy apenas suma otros cinco miembros: Barry Bonds, Alex Rodríguez, Alfonso Soriano, Ronald Acuña y Shohei Ohtani.
En esa campaña le dieron el premio MVP, y luego de perderse más de 80 juegos debido a una fractura de muñeca, en la siguiente cooperó con Mark McGwire para llevar a Oakland Athletics al trofeo de la Serie Mundial.
Así, José Canseco estaba en la mismísima cima del mundo al llegar los años noventa. Tanto, que muchos expertos lo consideraban el jugador número uno de la MLB. Sin embargo, para sorpresa de todos en 1992 la gerencia de Oakland decidió enviarlo a Texas Rangers a cambio de varios jugadores y dinero.
Ahí comenzó el declive de una carrera con olor a Salón de la Fama. En adelante alguna que otra vez recordó al José Canseco de antaño (por ejemplo, con los 46 bambinazos de 1998), pero ya no volvió a ser tan altamente cotizado. Y para colmo le sucedió lo del jonrón con la cabeza.
José Canseco y aquel pasaje absurdo en Cleveland
Fue tal cual. El 26 de mayo de 1993, Texas visitaba a los extintos Cleveland Indians y a la altura del cuarto episodio, Carlos Martínez conectó un elevado al bosque derecho.
Por un momento dio la sensación de que José Canseco tenía medido el batazo y lo capturaría en la zona de seguridad, pero (¡Horror!) el guante del cubano jamás capturó una pelota que impactó en su cabeza y seguidamente superó la cerca.
Tan inusual jonrón fue calificado de inmediato como el blooper más absurdo de las Grandes Ligas, y desde entonces el slugger estuvo en el centro de las burlas de la fanaticada.
Él, no obstante, supo tomárselo con buen humor, y varias veces afirmó que lo ocurrido, en lugar de un cuadrangular, había sido un error de cuatro bases.
Pasado el tiempo, José Canseco ganaría su segundo anillo de Serie Mundial en el 2000 con New York Yankees, terminaría su aventura beisbolera con 462 jonrones, cuatro Bates de Plata y seis presencias en el Juego de Estrellas, publicaría un libro autobiográfico donde denunció el uso generalizado de esteroides en la MLB, pero siempre que se menciona su nombre, a la par de lo anterior, se recuerda aquel día en que pegó su inverosímil cuadrangular con la cabeza.