Jonrones más memorables del béisbol cubano: Antonio Pacheco a Pedro Luis Lazo

Michel Contreras

Actualizado en:

Antonio Pacheco y Pedro Luis Lazo tuvieron un duelo en la postemporada 2001 que ha pasado a la historia del béisbol nacional.

Antonio Pacheco con Santiago y Pedro Luis Lazo con Pinar del Rio

Dos peloteros emblemáticos de las Series Nacionales y el team Cuba, Antonio Pacheco y Pedro Luis Lazo, tuvieron un enfrentamiento en la postemporada 2001 que ha pasado a la historia como uno de los episodios imprescindibles en las antologías del béisbol nacional.

Esa noche, en el abarrotado Guillermón Moncada volvieron a lidiar Héctor y Aquiles. Sobre la lomita estaba el gran Pedro Luis Lazo, brillante como abridor y hermético en el rol de relevista. En el home plate, el inmenso Antonio Pacheco, capitán que mandaba a generales como Orestes Kindelán y Omar Linares.

La secuencia bien valió una misa. El santiaguero no abrió como titular de la segunda base porque acusaba molestias en la cintura, de ahí que tuviera que empuñar como emergente contra uno de los pitchers más duros del panorama insular.

El emergente Antonio Pacheco

Era la parte baja del octavo inning. Higinio Vélez, manager de las Avispas, le pidió una vez al bate al líder del equipo, y como no podía ser de otra manera, Antonio Pacheco aceptó el reto. “Ustedes siempre están dependiendo de mí para todo”, le comentó entre jocoso y serio a uno de sus compañeros, Frank Tamayo, y salió a escribir la gesta.

En el camino al plato su público formó un coro gigantesco (“capitán”, “capitán”), él pasó junto al catcher Yosvany Madera, lo saludó y acomodó la tierra al tiempo que hacía estiramientos con los brazos.

La pizarra marcaba empate a tres y en las bases no cabía nadie más: Kindelán había llegado a la antesala luego de bases consecutivas a Ariel Cutiño y Gabriel Pierre. “¡Qué clase de juego!”, exclamaba la voz gutural de Héctor Rodríguez.

El primer lanzamiento fue un slider por dentro que no alcanzó a tentar al hombre del madero. Sereno como siempre, Antonio Pacheco había llegado allí en busca de un envío puntual, sabedor de que iba en franca desventaja.

Pedro Luis Lazo insistió con el rompiente, y esa vez sí provocó un swing fallido cuando la bola salió de foul hacia atrás. La cuenta estaba pareja y el pinareño sopesó par de pelotas, seleccionó la de su agrado y la amasó con aquel gesto que lo caracterizó toda la vida.

Antonio Pacheco y aquel swing legendario

Luego vino otro slider bajito y afuera. “Dos bolas y un strike”, dijo el narrador, y de inmediato hubo una recta alta y veloz (94 mph) que Antonio Pacheco rechazó rumbo al right field: la pelota tomó vuelo, dejó el estadio en medio de la locura de las gradas, Kindelán improvisó una carrera emocionada que lo llevó hasta home para sellar choque y campeonato, y el autor de la hazaña le dio la vuelta al cuadro sin demostrar un ápice de felicidad.

Tiempo después, Pedro Luis Lazo pondría en duda la supuesta sacrolumbalgia que afectaba a su victimario de esa noche. Pero daba lo mismo saber hasta dónde había de cierto y falso en esa historia: lo tremendo, lo viril, lo inolvidable, era el batazo que había dado el Capitán de Capitanes.

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2 comentarios en «Jonrones más memorables del béisbol cubano: Antonio Pacheco a Pedro Luis Lazo»

  1. Que pena que haya en cuba tanta ridiculez y este prohibido hablar en el deporte de estos momentos tan maravillosos, pero nadie lo puede borrar es un bochorno pero pasa,,, dónde esta cuba,,,,,

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