Por Boris Luis Cabrera con la colaboración de Elidia González Leyva
Útil, es el adjetivo perfecto para describir al tunero Jorge Yhonson. Un hombre que desde que debutó en Series Nacionales no paró de conectar indiscutibles, oculto en la sombra de un equipo alejado de podios y de vocerío mediático.
En 2018, este jardinero pegó 126 inatrapables y promedió para 408 de average en la etapa regular y se convirtió en el primer bateador de la llamada mano equivocada que lograba un título de bateo en un lapso de veinte años.
En esa oportunidad su tropa quedó a las puertas de lograr el primer campeonato en su historia y su figura emergió en medio de muchas miradas que apenas se habían percatado de su existencia durante los trece años que llevaba derrochando su talento en los terrenos de la isla.
«Eso no lo podemos controlar. Lo de nosotros es jugar y rendir, las decisiones que las tomen otros. En Cuba unos años atrás era bien difícil integrar equipos nacionales porque había una calidad máxima», le declara a SwingCompleto.
Yhonson es un bateador nato con un olfato tremendo para pegarle a la bola hacia terreno de nadie. Ha promediado por encima de 300 en 11 de sus 15 campañas y aunque seguramente ha soñado en múltiples ocasiones vestir los colores del equipo Cuba, no se queja ni se esconde detrás de teorías conspirativas que hablan de fatalismos geográficos: «Siempre he escuchado eso, pero creo que cuando un atleta tiene calidad y rendimiento, el lugar de donde venga no determina», comenta.
En 2019 llegó la ansiada corona para los Leñadores tuneros y este zurdo ubicado en el segundo turno de una alineación temible se convirtió en un pieza clave del histórico triunfo, compilando para 366 de average en la etapa regular y logrando el galardón de Jugador más valioso de los playoffs (MVP), al pegar 20 imparables en 45 turnos con tres dobles, un triple, y par de cuadrangulares incluidos, mientras remolcaba nada menos que 14 carreras en diez partidos.
«Sin dudas ser campeón es lo más grande que le puede suceder a un atleta, mucho más si nunca lo habías logrado. Ser el MVP fue algo que me sorprendió al tener nuestro equipo tantos atletas de tremendísima calidad y que rindieron mucho en esa postemporada. Es una satisfacción enorme porque da la medida de que cumpliste, que hiciste el trabajo y aportaste al equipo en la victoria», nos dice.
Llegó la Serie del Caribe, muchos aficionados se molestaron cuando los directivos dejaron fuera a algunos peloteros del equipo campeón para insertar a otras figuras de calidad, rompiendo el engranaje perfecto y el team work que tanto trabajo le costó armar a su mentor Pablo Civil. Yhonson tiene su opinión al respecto:
«Sin dudas creo que fue difícil porque al final ellos aportaron al título y merecían estar también en la selección, pero este tipo de evento tiene un gran nivel y Cuba trata de llevar el mejor equipo posible, aunque estas decisiones las toman otros y son bien difíciles. Creo que eso afecta a los que no pueden ir del equipo campeón, hablo de los que aportan y participan con peso en el resultado del conjunto».
Después de conseguir el subcampeonato en el evento regional y con las letras de campeones nacionales bordadas en la manga de su chamarreta, Jorge Yhonson salió al terreno en la pasada contienda a revalidar títulos y en busca de un espacio en el equipo nacional, pero las molestias constantes en su hombro izquierdo se acrecentaron y no tuvo más remedio que abandonar la campaña después de haber jugado solo 34 partidos.
Con una hoja excelente hoja de servicios donde resaltan sus mil 109 hits, un average nada despreciable de 326 y la edad de Cristo en las costillas, se sometió a una compleja operación de tres horas liderada por el doctor Osvaldo Garcia, presidente del Grupo Nacional de Artroscopia y hasta el día de hoy aún continúa su etapa de rehabilitación.
«Me encuentro bastante bien ya, yo diría que estoy a un 85 o un 90% de recuperación, pero aún me faltan algunos meses de rehabilitación», reconoce con cierta nostalgia.
Según nos cuenta, el proceso ha sido bien difícil ante la imposibilidad de asistir a la sala de rehabilitación producto de las medidas de aislamiento social tomadas por la Covid-19, pero en estos últimos días el fisioterapeuta del equipo ya lo está ayudando en su casa.
«Sueño con recuperarme y volver al terreno de juego, con estar al 100% de mis posibilidades y aportar para que mi equipo recupere su corona», confiesa.
«A la afición tunera les digo que les doy mi corazón, se lo debemos todo, al final por ellos es que nos entregamos día a día para ser mejores. Si Dios me lo permite estaré de nuevo en la batalla».