Por Juan Páez
La vida y el tiempo no perdonan. Los cubanos fanáticos del béisbol y los seguidores de los Marlins siempre se preguntarán qué habría pasado con José Fernández y qué clase de carrera hubiese tenido si el accidente del 25 de septiembre de 2016 no hubiera ocurrido jamás. Son interrogantes cuyas respuestas nunca se sabrán, pero lo cierto es que José Fernández dejó para el recuerdo la mejor temporada de un lanzador cubano en la década que está por terminar.
Fernández irrumpió en las Grandes Ligas en 2013. Era el escenario y el libreto perfecto: un joven antillano que se convertiría en el as de los Marlins de Miami y, prácticamente, en la cara y chispa del equipo.
Todos empezaron a amar a José en aquella campaña, en la que los Peces no tuvieron mucho por qué luchar y terminaron en el quinto puesto de la División Este de la Liga Nacional.
El derecho llegó a las Mayores con 20 años y tuvo dos primeras salidas para estrenarse a lo grande. Ante los Mets de Nueva York y los Filis de Filadelfia, totalizó 11.0 episodios de apenas cinco hits y una carrera limpia.
Ponchó a 13 contrarios, que apenas le batearon para .195 en sus dos primeras presentaciones.
Pese al brillo de su debut, a Fernández le tocó luego adaptarse más al ambiente competitivo de la Gran Carpa. Para su última salida en mayo, el 27 ante los Rays de Tampa Bay, su efectividad era un 3.78 que no lucía muy impresionante.
Pero con la llegada de junio, su temporada tomó otro rumbo: el big show conoció al verdadero José Fernández.
El novel diestro comenzó la sexta treintena del año con dos trabajos impecables frente a los Mets.
En su primer inicio los blanqueó durante 7.0 entradas de tres hits y ocho ponches, mientras que en su siguiente careo los dominó con 6.0 tramos de tres indiscutibles y una carrera limpia.
Entre el 1 de junio y el 1 de julio nunca permitió más de dos rayitas merecidas.
El 2 de agosto maniató a los Indios de Cleveland con 8.0 ceros de tres inatrapables y 14 contrarios retirados por la vía del tercer strike.
Era la primera apertura de 14 abanicados para un cubano desde que Luis Tiant recetó 16 chocolates a los Mellizos de Minnesota, el 9 de septiembre de 1968.
El rumbo de Fernández se tornó mejor y mejor.
En total, en las últimas 18 salidas de su primera temporada en las Grandes Ligas, registró efectividad minúscula de 1.50, pues concedió solo 67 hits y 20 carreras limpias en 120.1 capítulos de trabajo.
En ese lapso ponchó a 135 rivales y le sacaron la pelota del parque únicamente en tres ocasiones.
El nacido en Santa Clara finalizó su primer torneo en el big show con récord de 12-6 y efectividad de 2.19 en 28 aperturas.
Tiró 172.2 entradas, le dieron 111 imparables, le fabricaron 42 limpias y abanicó a 187 bateadores.
Su WHIP fue de 0.98 y tuvo la mejor relación de indiscutibles por cada 9.0 innings en su liga (5.8).
Su gran campaña la adornó con su primera asistencia al Juego de Estrellas. También estuvo cerca de ser apenas el segundo Cy Young isleño (Mike Cuéllar, en 1969), pues quedó tercero en la votación en la Liga Nacional.
Por último, se convirtió en el primer cubano nombrado Novato del Año desde que José Canseco recibió la distinción en 1986 y es uno de 5 compatriotas en haber logrado este premio en la historia.
Hasta ahora, José Fernández es el único antillano en recibir ese reconocimiento en el viejo circuito.
Estadísticas de José Fernández en 2013:
Año | Eq | G | P | PCL | JL | IP | CL | HR | BB | SO | WHIP |
2013 | MIA | 12 | 6 | 2.19 | 28 | 172.2 | 42 | 10 | 58 | 187 | 0.979 |
Carrera: | 38 | 17 | 2.58 | 76 | 471.1 | 135 | 31 | 140 | 589 | 1.054 |