«Si él no hubiese hablado yo me lo hubiera llevado a la tumba»: Cortina y Mariano Rivera

La mirada experta escrutina cada movimiento del pitcher, el entrenador que está a cargo va y le corrige algunos elementos técnicos. La siguiente repetición es hecha mucho mejor y una sonrisa aparece en el rostro del «Maestro».

Su nombre es José Manuel Cortina y cada segundo de su respiración se traduce en béisbol, en cada latido de su corazón.

El legado en la historia de José Manuel Cortina en nuestro pasatiempo nacional es invaluable. Muchos lanzadores que vieron la lanza de las lesiones penetrar en sus sueños lo han buscado a él.

Sus conocimientos han sido el sendero de vuelta a la fe. Cada palabra suya es un surtidor de esperanzas. Aquí están sus palabras, usted tiene el protagonismo: José Manuel Cortina.

1 – La tradición familiar fue la génesis del amor por el béisbol en el niño José Manuel Cortina, pues en el terreno cercano a su hogar pasaban horas y horas.

Su padre y sus tíos se desempeñaron como lanzadores en ese terreno. ¿Recuerdos de esos comienzos en este apasionante deporte?

( J.M.C) 1 – Bueno, nací con los bates de Majagua secándose en el techo de mi casa que era de zinc.

Mi padre y mis tíos todos eran jugadores de béisbol, y del portal de mi casa se podían observar los juegos en el terreno que estaba a solo metros de mi hogar.

2- A los 17 años sufre usted un accidente que le priva de continuar jugando béisbol como pitcher aunque después se desempeñó en otras posiciones.

Atendiendo a su experiencia actual como avezado entrenador : ¿Cree que contaba José Manuel Cortina con el talento para haberse convertido en un buen lanzador?

( J.M.C) 2 – Así es, me lastimé mi brazo a temprana edad, quizás sea la causa por la que hoy recupero brazos.

En cuanto a cual pudo haber sido mi futuro como lanzador es una incógnita pero sí tenía muy buenos resultados.

Yo lanzaba duro y mi condición de zurdo con muy buen control me ayudaba. No se si hubiera llegado al primer nivel, pero cuando hablo de eso yo me mido con Rodovaldo Esquivel.

Esquivel fue un excelente lanzador pinareño, y yo siendo más joven me usaban con más frecuencia pero repito, nadie conoce el destino.

3 – Haber tenido el privilegio de entrenar al lado de figuras cimeras del béisbol cubano como José Joaquín Pando, Juan Ealo, Ramón Carneado y Conrado Marrero constituye un regalo de la vida.

¿Cuánto agradece en su formación José Manuel Cortina a esas luminarias?

( J.M.C) 3- Les agradezco infinitamente. Siempre me ha gustado escuchar y todavía hoy tengo esa filosofía. Yo aprendo de todos.

En cuanto a Pando, Carneado, Juan Ealo y Marrero fue un hermoso regalo que me dió la vida. Estar cerca de ellos y escucharlos mientras interiorizaba tanta sabiduría es uno de los capítulos más hermosos de mi vida.

4- El nombre de Cortina es para muchos lanzadores una barca de salvación, pues acuden a usted en un momento en que sus carreras peligran por diversas lesiones.

Por sus manos salvadoras han pasado ilustres serpentineros como Jesús Guerra, Rogelio García, Julio Romero, José Ariel Contreras, Ariel Prieto, Luis Hernández, Danny Betancourt, José Ibar, Danny Aguilera, Faustino Corrales, Carlos Yanes, Alain Soler, Vladimir Baños y más recientemente José Ramón Rodríguez.

¿Qué siente su alma cuando recibe un ser muchas veces pesimista y lo devuelve a la élite del béisbol cubano?. Una anécdota en particular que quisiera narrar en este acápite.

( J.M.C) 4- Son muchos más y no solo lanzadores, pero es una satisfacción linda que llevo conmigo que me hace sentirme útil en la vida de ellos. Haber aportado un granito de arena en la recuperación de ellos es algo mágico.

5 – En su carrera como entrenador el año 1986 debe de resultar un hito imborrable pues en este período mientras laboraba en Panamá inicia en estos menesteres del pitcheo a quien hoy por hoy es considerado entre los mejores cerradores de la historia de la MLB: Mariano Rivera.

¿Cómo recuerda a esa estrella aún en ciernes en ese instante?. Años después el mismo Mariano Rivera mencionó su nombre en señal de profundo agradecimiento.

( J.M.C) 5- Les diré algo, yo voy a Panamá a raíz del trabajo con Rogelio García , como en el Cuba casi el 80% de los lanzadores eran pinareños la dirección no tenía como explicar que no fuera el entrenador del equipo nacional.

Ellos tenían su grupo, y se había formado mucho revuelo con el trabajo de Rogelio que fue fenomenal. Ni yo mismo me esperé eso y optaron por mandarme para Panamá y salirse del problema.

Hoy ya con mis 72 años a veces me pregunto si me habrán mandado con el fin que me fuera de mi país , no sé, siempre me quedó esa duda.

Ya en Panamá trabajé en la Chorrera (Panamá Oeste) y las casualidades de la vida me hizo encontrarme con un grupo de muchachos juveniles y allí vi a Mariano.

Jugaba shortstop, era un muchacho muy educado y le propuse lanzar. Así empezamos y estuvimos trabajando como 5 meses, después vine para Cuba en el 87 y en el 91 partí para Italia, fue allá que lo vi en la nómina de los Yankees.

Yo estuve callado sobre el tema pues me daba pena decir que yo le había dados sus primeros pasos en el montículo para no ganarme un comemierda como respuesta de mis amigos.

Pero 30 años después en una entrevista realizada a Mariano por el periodista Joel García ocurriría algo sorprendente.

Mariano Rivera reveló con esa humildad y sencillez que lo caracteriza o quizás por la educación que le dieron sus padres todo lo que yo tuve siempre guardado.

Si él no hubiese hablado yo me lo hubiera llevado a la tumba. Desde aquí una vez más le agradezco a Mariano tan bello gesto.

6 – El staff de pitcheo del equipo cubano al Clásico Mundial se mostró como una poderosa arma. Desde su visión especializada : ¿Cree usted que contamos en esa área con una garantía de calidad?

( J.M.C) 6 – El Clásico Mundial empezó en sus inicios quizás sin ese gran interés por parte de los países, pero hoy todos (incluyendo los EEUU y Japón) le han puesto todo el rigor que se merece.

Nosotros contamos con buenos lanzadores. En mi libro «Confesiones de Pitcheo» digo que la parte emocional de un lanzador es lo más importante y el Clásico Mundial a mi parecer está por encima de la MLB y la Liga Japonesa atendiendo a su nivel.

7- Un tema complejo y polémico ha sido la exclusión reiterada de su presencia como entrenador en los diferentes equipos nacionales que se han conformado.

Pese a esto ha seguido usted aportando al béisbol en Cuba. ¿Puede dar usted su opinión personal sobre este tema?

( J.M C ) 7 – Jajajaja, yo amo al béisbol y vivo para él, yo sé que he tenido para integrar un equipo Cuba pero nunca me han llamado.

A todos esos que nunca me convocaron le agradezco lo que soy hoy porque cada día lucho para ser mejor en mi trabajo y demostrarles que estaban equivocados, pero sin odios y sin resentimientos.

En estos días un vicepresidente del INDER a quien considero una buena persona me dijo
que yo tenía una historia bonita de trabajo, él no la conocía toda y me permitió contársela.

Al final le dije : A mí me suben y me bajan del bote a cada rato, no sé cuántas veces lo han hecho, pero puede estar seguro que siempre estaré nadando al lado del bote.

8- Atendiendo a su experiencia y sapiencia en este universo de las bolas y los strikes. ¿Cuál piensa usted que sea la causa del descontrol manifiesto de muchos pitchers en Cuba y que la velocidad media de la Serie Nacional ronde las 83 millas?

( J.M.C) 8 – Es un asunto al cual me he referido en muchas ocasiones. Primero: un lanzador hay que hacerlo después de ser jugador, de haber tenido esas vivencias.

Segundo: saber seleccionarlos, pues hay características propias de un futuro buen lanzador que son obviadas muchas veces.

Tercero: para que obtengan control se debe mejorar los montículos, hacer más pitcheo de prácticas con bateadores y tirar mucho, porque los lanzadores de este tiempo lanzan y cuando vuelven hacerlo se les olvidó la última vez que lo hicieron.

Este último acápite es peor con los relevistas porque pueden pasar semanas y no ven a un bateador.

Resumiendo: si no hay un buen montículo ni una buena mecánica de lanzar, y no lanzas a menudo, vas a perder el control sobre tus envíos.

El comando de los lanzamientos es primordial, si no lo logras pues siempre vas a estar a merced de los bateadores. Pienso que para aprender a lanzar primero se debe aprender a batear.

9 – Un mensaje al pueblo de Cuba que lo ama y venera.

( J.M.C ) 9 -¿Qué les voy a decir? Es el pueblo más lindo del mundo al cual admiro y aprecio. Gracias por el cariño que me profesan.

10 (J.M.C) Como yo soy buen observador te puse la número 10 para irnos a extraining y que no fuera un juego de nueve entradas. Gracias de todo corazón por esta entrevista.

Gracias una vez más a este excelso pedagogo, a este reparador de ansias. Que la vida le siga premiando con el amor y el cariño de toda Cuba.

En sus manos fulgurantes nacen nuevos bríos y sentimientos. Gracias por la entrevista, una profunda reverencia llegue a usted.

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