Por Yasel Porto
Una de las figuras más legendarias en la historia de los Industriales es Germán Mesa Fresneda. Además de su impacto colosal como torpedero tiene la dicha de ser el último manager que alzó la corona de campeón nacional con los Leones en 2010, un resultado que muchos piensan no se reedite tampoco en la 60 Serie por el paso inestable del conjunto más ganador en estos clásicos domésticos.
En visita reciente a la casa de quien actualmente se desempeña como comisario técnico en el certamen principal de la Isla, entre los múltiples temas abordados no pudo faltar el concerniente a lo sucedido hasta el momento con los azules en la temporada y sus reales posibilidades de avanzar a la siguiente fase.
¿Crees tú que la gran cantidad de lesiones haya sido el principal responsable para que Industriales haya tenido ese bajón después de un inicio tan efectivo?
-Las lesiones han tenido un peso en el resultado del equipo, pero aparte, yo pienso que si los jugadores hacen un mejor esfuerzo Industriales puede tener un juego mucho más estable y lograr la clasificación. Pero hay algo clave en todo esto que es la pregunta que tiene que hacerse la dirección con los jugadores: ¿dónde fue que se perdieron en el camino después de haber empezado bien?
»Hubo un momento en que empezaron a desviarse por lo que tienen entonces que buscar en qué parte se perdió ese ritmo y retomar el camino de ahí que yo creo que todavía están a tiempo. Incluso con todos esos lesionados si ellos prestan atención y mejoran su actitud, algo muy importante, no solo por parte de los atletas sino también el cuerpo de dirección, pienso que sí pueden avanzar.
Se habla mucho y con razón de las deficiencias del pitcheo de Industriales sobre todo su bullpen. ¿Hasta qué punto ha influido en el resultado irregular este aspecto de juego en comparación con el resto de los equipos del campeonato?
-Es que el pitcheo está mal en todo el país con algunas excepciones. El tema está en saber manejar ese pitcheo y ahí precisamente es donde radica el éxito de los managers que a veces no confiamos en lo que tenemos aquí cuando le podemos dar un mejor uso. Los pitchers salen prácticamente explotados porque no somos capaces de sustituirlos a tiempos. Yo sé que fulano tiene un volumen de efectividad determinado, digamos 40 pitcheos, por lo que ya en el 45 no va a tener un resultado favorable. ¿Por qué yo tengo entonces que llevarte por encima del límite tuyo?
»Yo tengo que traerte antes porque incluso al final te lo van a agradecer y de diez veces que tú hagas eso de la manera correcta al menos siete te va a salir bien y ya eso es ganancia. Nosotros llevamos al lanzador casi siempre a ese extremo, y sabemos que no puede más, seguimos forzándolo y cuando tenemos que traer al sustituto lo hacemos ya con el agua al cuello.
El principal relevista de Industriales desde hace tres años es Andy Rodríguez, aunque este año no ha tenido todo el dominio ejercido en la pasada temporada. ¿Cómo valoras la utilización de este prospecto, no solo por la frecuencia sino porque en ocasiones ha venido con el juego atrás o con una diferencia importante en favor de Industriales? ¿Hasta qué punto le puede afectar en su rendimiento y de cara al futuro?
-Yo creo que su uso es válido cuando tú tienes el juego por una carrera abajo, tú crees que tienes posibilidades y sabes que no vas a perder a ese pitcher para el otro día, sobre todo porque lo vas a traer un inning y hacer entre 15 y 20 pitcheos para que te quede disponible para mañana o pasado.
»Tú lo puedes traer para que te aguante ahí y ver si tú puedes hacer una carrera y remontarlo. Pero eso es cuando tú sabes que puedes hacerlo porque de la otra manera es desgastarlo. Hay que ser muy cuidadoso con el sobreuso, que es lo que yo veo no solo con Andy, sino en general, que sobreutilizamos a los lanzadores y los brazos no son de hierro.
¿No crees que al margen de lo que dijiste del manejo del pitcheo haya falta de talento, de experiencia o actitud en varios lanzadores del equipo que no acaban de aportar lo que necesita Industriales de ellos?
-La actitud uno tiene que cambiársela, irlos adaptando. Y te pongo mi ejemplo cuando yo estaba al frente del equipo y tenía un cuerpo de lanzadores que era nuevo también y nadie los conocía. Hablo de muchachos como Roberto Rodríguez, Alexander Carreras, Joan Socarrás y el mismo Armandito Rivero que lo traje desde provincia Habana. Todos ellos era pitchers nuevos pero yo les daba una utilización de 30 pitcheos, 40 pitcheos… Recuerdo cuando alguien me cuestionó una vez porque quité a Ian Rendón con 84 lanzamientos en 7 inning, y yo le mandé a buscar al entrenador para que le sacara todas las salidas de Rendón y se diera cuenta cuándo era que comenzaba a perder efectividad. Con 77 o 78 envíos ya se sentía explotado, por eso cuando llegó a 84 y terminó la entrada lo felicité por el trabajo y decidí sustituirlo por el relevista de 30 o el de 15 lanzamientos. Cuando nosotros como dirección aprendamos a hacer lo que yo hice no vamos a tener problemas y al final los brazos te lo van a agradecer.
Después de su brillante labor con los equipos capitalinos y la selección nacional que lo convirtió en un mito del campo corto, Germán ha trascendido como manager dentro y fuera de Cuba. Si bien dos de sus tres campañas al frente de los azules fueron negativas (2008-09 y 2010-11), tiene a su haber el último título en la vitrina de los leones hace una década exacta (2009-10). Luego alcanzó un triunfo inobjetable en el béisbol de Nicaragua donde fue campeón en tres oportunidades, dos de ellas en la Liga Profesional (Tigres de Chinandega y Gigantes de Rivas), además de imponerse una vez en la Serie Latinoamericana.
No obstante, hay quienes le restan méritos como dirigente por su particular método de dirección, estratégicamente hablando y en el trato con los jugadores. Incluso existen los que hasta lo privan de crédito en la victoria de Industriales en 2010, atribuyéndoselo a los jugadores fundamentalmente.
De todas maneras, los resultados están ahí y lo que pocos dudan es de los conocimientos del legendario número 11, con quien regresaremos próximamente con otros temas interesantes en extremo, ya sea por el tópico en sí como por la opinión que nuestro protagonista.