La carrera que se truncó: Maels Rodríguez y su insólito e increíble caso

Por Juan Páez / @jmanupz


Maels Rodríguez estaba llamado a ser el gran lanzador cubano en las Grandes Ligas del nuevo milenio. Venía de construir una carrera brillante en la Serie Nacional, con récords en ponches, en velocidad, brillante efectividad y hasta un juego perfecto que adornó su paso por la pelota de la isla. Estaba escrito en piedra que el derecho de la recta humeante tuviera una carrera esplendorosa en la Gran Carpa, pero nunca ocurrió; ni siquiera llegó al mejor béisbol del mundo.



Durante seis torneos en el torneo local, ganó 65 juegos, perdió 45, salvó 11 y dejó un promedio de carreras limpias permitidas de 2.29. En 938.0 innings lanzados con los Gallos de Sancti Spiritus, retiró a 1148 bateadores por la vía del tercer strike, con 486 bases por bolas. Solo permitió 30 cuadrangulares y los contrarios le batearon apenas para .177 de average.
Entre su vitrina de logros, Rodríguez tiene el récord de más ponches en una temporada de la Serie Nacional, con 263, mucho más que la antigua máxima marca (208, en poder de Santiago Mederos Iglesias). También tiene dos juegos sin hit, ni carreras, incluyendo el primer juego perfecto en la historia de la liga (ante Las Tunas, el 22 de diciembre de 1999) y la triple corona de pitcheo.
En 2005, luego de salir de Cuba intentando llegar a su anhelada meta, el nacido en Villa Clara firmó contrato con los Diamondbacks de Arizona. Era la oportunidad dorada, la única que en principio necesitaría el diestro para, gracias a su talento, simplemente caminar hacia el big show.



Comenzaron los problemas


Lo más lamentable de todo es que Maels no pudo lanzar siquiera una pelota en el nivel profesional. Después de estampar su rúbrica con los desérticos, empezaron los procedimientos médicos para tratar de sanar los estragos que aparentemente causó el sobreuso al poderoso brazo del entonces promisorio derecho.
Tres operaciones evitaron que Rodríguez, aún joven con 39 años de edad, debutara en el béisbol de los Estados Unidos.
“Cuando llegué a Estados Unidos, me enfrenté a mucha decepción, pues todos me querían y mi inmadurez me costó una carrera de más de 100 millones de dólares. Llegué lastimado, fue duro… Me hice tres cirugías y nada”, declaró el exjugador a Cronodeportes. “No pienso mucho en que no pude llegar a las Mayores, porque no podría dormir. Cada atleta tiene un comienzo y un final, algunos tienen la suerte de durar, a otros nos toca terminar temprano”.



Incluso Maels admite estar “casi seguro” de que el abuso al brazo derecho mermó las posibilidades de cumplir el sueño de llegar a las Grandes Ligas. 
De hecho, según el portal web Ecured, en la campaña 2002-2003, su última antes de abandonar Cuba, perdió 15 millas por hora debido a un problema físico. “Ya tenía la lesión cuando llegué aquí (Estados Unidos)”, siguió quien aseguró que de haber estado en un 80 por ciento de sus condiciones, habría podido lanzar en el mejor béisbol del mundo.
¿Qué habría sido de la armada cubana en las Mayores con el nombre de Maels Rodríguez en lo alto? ¿Qué habría sido de aquel derecho que existió mucho antes de Aroldis Chapman? Muy buenas incógnitas que a todo cubano amante del deporte de bates y pelotas le habría gustado ver resueltas.


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