La Serie 59, Industriales, los Yankees y la historia que no pudo ser

Por Alexander García Milián Siempre pensé que este 2019 podía ser el año donde en una misma temporada Industriales y los Yankees de Nueva York ganaran al unísono el campeonato, siempre pensé en esa posibilidad hasta que los Astros de Houston bajaron del tren a los Mulos hace par de semanas. Con los azules y […]

Por Alexander García Milián

Siempre pensé que este 2019 podía ser el año donde en una misma temporada Industriales y los Yankees de Nueva York ganaran al unísono el campeonato, siempre pensé en esa posibilidad hasta que los Astros de Houston bajaron del tren a los Mulos hace par de semanas.

Con los azules y los Bombarderos las historias siempre tienen segundas, terceras y cuartas partes; en esta ocasión no se pudo, quizás en el 2020 se dé el simbólico suceso; es parte de esa mística que envuelve a estos equipos, ese plus adicional que los lleva siempre a ser centro de atención.

Luego de que Matanzas le propinara supernocaut a Industriales este 31 de octubre, las sombras de viejos fantasmas comenzaron a emerger; fantasmas de duras derrotas, de desagravios, los fantasmas de glorias pasadas y  entonces soñar en el campeonato número 13 se vuelve una utopía.

Tras el comienzo de la segunda fase, los azules van a la cola y muchos rememoran lo ocurrido en la serie 58, cuando en la segunda fase, el mal comienzo de los capitalinos los llevo a depender de sus rivales y aquí llegaron las malas noticias; los habaneros quedaron fuera de la semifinal.

Sí los Yankees parecían hechos para ganar esta temporada y no pudieron, tal vez por pura conexión telepática o por esos avatares que impone el destino, tal vez Industriales quede a las puertas de nuevo; los hechos dictan la pauta y no es producente esgrimir el burdo pretexto de que aún es temprano pues el tiempo corre y al final dicta sentencia.

Ahora, ya a comienzos de noviembre la primera derrota ante Matanzas trasciende y lo que queda es la barrida que los de la Atenas le propinaron a los de Anglada; más allá, el mazazo psicológico atemoriza a muchos, cuando la visita a Camagüey pudiera marcar un pérfido después en las aspiraciones de los capitalinos.

Cuando el equipo no batea y la defensa vuelve a hacer aguas, un pitcheo algo endeble todavía luce como el salvavidas del momento; esperar con premura el regreso de dos veteranos como Cepeda y Samón es la gran esperanza pero de eso, de grandes esperanzas no se vive en nuestro béisbol, se vive de los hechos.

En fin, retomo la idea, siempre pensé en que la casualidad, la lógica, el destino, el béisbol con todos sus encantos permitiría ver a los Yankees e Industriales ganar en una misma temporada el campeonato, pero habrá que esperar otro año.

Estos  son solo breves apuntes sobre el caso, nada más el comienzo, la segunda fase apenas cobra vida y  con el mismo tema  volveremos.

Nos vemos a la vuelta

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