Terminar una temporada completa con una línea de .300/.400/.600 puede ser el sueño de cualquiera, de hecho de todos los peloteros. Es una hazaña complicada que requiere de ser un bateador completo y consistente que pueda tener un buen average, embasarse y sacar pelotas del parque. Pero si hacerlo en una campaña es bastante difícil, lograrlo en una trayectoria en las Grandes Ligas es un hito para nada común.

De hecho, en la historia de la Gran Carpa, solo cinco hombres terminaron sus carreras con un promedio de .300, un OBP de .400 y un porcentaje de slugging de .600, como mínimo. En la lista hay dos derechos y tres zurdos: Jimmie Foxx y Hank Greenberg por los diestros; Babe Ruth, Lou Gehrig y Ted Williams por los peloteros siniestros. Ninguno de ellos, a excepción de Williams, jugó luego de 1950.

Ruth, el rey del jonrón hasta que lo superara Hank Aaron, se retiró con una línea de .342/.474/.690 en dos mil 503 juegos. Pegó en total dos mil 873 imparables, con 506 dobles, 136 triples y 714 estacazos de vuelta completa. Remolcó dos mil 214 carreras y anotó en dos mil 174 ocasiones.

Williams superó a todos en average y promedio de embasado, solo quedó por detrás de Ruth en slugging. Su línea final fue de .344/.482/.634 en 19 años de carrera con los Medias Rojas de Boston, equipo del que se convirtió en una de las más grandes estrellas. Su currículo lo completan dos mil 654 indiscutibles, 525 biangulares, 521 vuelacercas y una increíble relación de bases por bolas y abanicados (dos mil 21 boletos contra 709 ponches).

Gehrig, el Caballo de Hierro de los Yankees de Nueva York y compañero de Ruth, amasó promedios de .340/.447/.632 en 17 torneos como un yankee. 534 dobles, 163 triples y 493 jonrones son las credenciales de esta leyenda, que también se embasó por pasaporte (mil 508) más de lo que se ponchó (790).

En el caso de Foxx, el que tuvo la segunda más alta cantidad de bambinazos entre los cinco (534), registró una línea de .325/.428/.609 entre 1925 y 1945 con los Atléticos de Filadelfia, los Medias Rojas, los Cachorros de Chicago y los Filis de Filadelfia.

Además de los bombazos, Jimmy dio 458 dobletes y 125 batazos de tres esquinas.

Por último, Greenberg solo jugó 13 temporadas en las Mayores, debido a cumplir servicio militar. Sacó 331 pelotas del parque, dio en total mil 628 hits, con 379 dobles y 71 triples. Todas estas conexiones le permitieron tener unos registros de .313/.412/.605.

¿Algún cubano cerca?

Pese a que Cuba ha exportado desde siempre peloteros de gran calidad que han completado trayectorias ilustres a la ofensiva, no hay alguno que haya rozado estos números.

Solo hay un hombre entre los antillanos que ha podido acercárseles a los inmortales mencionados, uno que pudiera estar a su lado en Cooperstown de no ser por la vinculación con las sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento: Rafael Palmeiro.

Palmeiro, quien dijo adiós a la pelota en 2005, se marchó de los terrenos con una línea final de .288/.371/.515.

Raffy Palmeiro, con tres mil 20 imparables y 569 estacazos de vuelta completa en su hoja de vida, necesitó 12 puntos más de average, 29 puntos más de promedio de embasado y 85 puntos más en slugging para ser el sexto pelotero en la historia de las Grandes Ligas en ponerle punto final a su carrera con esos registros.

Lamentablemente Palmeiro, como muchas estrellas de su era, ensombreció su carrera con el uso de esteroides pero de que fue uno de esos peloteros superdotados, diseñados para lucir su madero al mejor nivel y enorgullecer a la mayor de las Antillas, de eso no existen dudas.

Estadísticas de Rafael Palmeiro de por vida en las Grandes Ligas: