Por Daniel de Malas / danieldemalas@swingcompleto.com
Cuando solo han pasado algunos días desde que el Salón de la Fama de Cooperstown anunciara que no hubo nuevos exaltados en los comicios para este periodo, es momento de revisar la actualidad cubana en las papeletas de votación para el pabellón de los inmortales. Y si bien es cierto que Cuba está en un repunte en cuanto a su armada en Grandes Ligas se refiere, no ha habido mucha acción en las boletas en cuanto a peloteros antillanos.
El último miembro de legión cubana en el big show en aparecer entre los candidatos a ingresar al Salón de la Fama fue Liván Hernández, en 2018. El derecho, pese a su larga y positiva carrera de 17 campañas en la Gran Carpa, apenas tomó un voto y se marchó en su primer año con 0.2 por ciento, lejos del 5.0 por ciento mínimo para mantenerse entre los postulados para el siguiente año.
Lo negativo es que todavía falta un buen tiempo para ver a un nuevo isleño aspirar a llegar al Hall of Fame. Tal hecho ocurrirá en 2025, cuando Kendrys Morales aparezca por primera vez, luego de una trayectoria de 13 campañas. Sin embargo, es justo no tener altas expectativas en la candidatura del industrialista, pues no tuvo una carrera tan extensa para acumular números rimbombantes. Morales dijo adiós al béisbol activo con apenas 257 dobles, 213 jonrones y mil 289 hits totales, además de unas frecuencias de .265/.327/.453, estadísticas más que respetables, pero no suficientes para ser un inmortal de las Grandes Ligas.
¿Por qué se da esta sequía cubana? ¿Por qué no aparecen más nombres nuestros en las boletas? Básicamente, porque el requisito principal para figurar entre los postulados es tener un paso de, por lo menos, 10 torneos en las Mayores, una marca que varios antillanos no consiguen, debido a estrenos tardíos en el mejor béisbol del mundo. El mejor ejemplo es José Abreu, quien pese a que tiene una carrera brillante, solo suma siete campañas desde su debut.
La polémica mata
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Si echamos un vistazo a qué hubo detrás de Liván, tampoco hay demasiado. Desde 2007 hasta la actualidad, más allá de la candidatura de Hernández, solo aparecen las de José Canseco y Rafael Palmeiro.
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Estas dos mencionadas estrellas, marcadas por la polémica en cuanto al uso de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento, hubieran alcanzado sin problemas el Salón de la Fama para unirse a Tony Pérez, Martín Dihigo (Ligas Negras), José de la Caridad Méndez (Ligas Negras) y Cristóbal Torriente (Ligas Negras) como los únicos antillanos hasta ahora en el pabellón de los inmortales.
Aunque alguna vez dominaron el béisbol a punta de batazos y de historia —Canseco fue el primer pelotero en lograr un 40-40 y Palmeiro es uno de los pocos con 500 dobles, 500 jonrones y tres mil hits—, pasaron con más pena que gloria por las boletas.
En el caso de Canseco, este solamente logró seis votos (1.1 %) en su única aparición, por allá en 2007, e inmediatamente desapareció de las papeletas.
En cuanto a Palmeiro, su historia fue distinta, pues se le vio por cuatro años entre los candidatos. El primer intento para él fue en 2011, cuando consiguió 64 sufragios y obtuvo un 11.0 por ciento de apoyo total. En 2012 llegó a su punto más alto: 72 votos (12.6 %), pero después comenzó el derrumbe. Al año siguiente, ese respaldo cayó a 50 (8.8 %), mientras que en 2014 se despidió de las boletas, al lograr solo 25 votos (4.4 %).
¿Podrá sumar algunos votos Morales y sobrevivir al primer año en la lista? En ese 2025, compartiría aspiraciones, entre otros, con Billy Wagner, Manny Ramírez, Scott Rolen, Omar Vizquel, Andy Pettitte, Andruw Jones, Alex Rodríguez y David Ortiz, aunque todos estos podrían ingresar antes. Junto con el cubano, estarán en su primer intento hombres como: CC Sabathia, Ichiro Suzuki y Dustin Pedroia.