Por Juan Páez
El comienzo de temporada que protagonizó Lourdes Gurriel Jr. Durante el primer mes y medio de la nueva campaña de las Grandes Ligas, el jardinero cubano lució inconsistente y flojo con el madero por los Azulejos de Toronto. En sus primeros 32 juegos de la zafra, no encontraba los hits y su promedio estaba por debajo de los .200 puntos de average, la popular, pero infame Línea Mendoza.
Para exhibir una prueba de lo afirmado arriba, Yunito tenía una pobre línea de .193/.216/.277 el 12 de mayo, cuando acumulaba 125 apariciones al plato y solo seis extrabases, nueve carreras producidas y un OPS de .493. Tales números eran preocupantes por dos razones: 1) los Azulejos quieren competir y ven al antillano como parte fundamental de su alineación. 2) Esas estadísticas no iban en consonancia con lo hecho por Gurriel Jr. en las dos temporadas anteriores de las Mayores.
De hecho, como un dato escandaloso, Lourdes solo tenía tres encuentros de dos o más hits en esos primeros 32 enfrentamientos.
Pero, por fortuna, su suerte dio un giro drástico a mitad de mayo.
Pareciera que desde el 13 del mes pasado presionó un interruptor para encender los motores de su ofensiva, que evidenciaron falta de combustible en las primeras semanas del campeonato. Desde aquella victoria 8×4 sobre los Bravos de Atlanta, todo cambió para el menor de los Gurriel.
En 97 apariciones totales y 90 turnos legales al bate en los pasados 24 compromisos hasta finalizada la jornada de este sábado, registra 31 inatrapables. Suma siete dobles, tres estacazos de vuelta completa, 12 rayitas fabricadas, 11 anotadas, cuatro bases por bolas, 23 ponches y una robusta línea ofensiva de .344/.365/.522. Su OPS, lejos de aquel .493 en el primer mes y medio del torneo, anda en .887 durante el periodo mencionado. También, tiene 11 duelos de, como mínimo, par de incogibles.
En ese lapso tiene la séptima mayor cantidad de indiscutibles para cualquier pelotero de la Liga Americana y la primera entre todos los peloteros cubanos de la Gran Carpa. Por si fuera poco, sus siete biangulares representan el cuarto número más alto en el joven circuito.
Gurriel Jr., quien está a solo tres jonrones de los 50 de por vida en las Grandes Ligas, pasó a pegarle un poco más fuerte a la pelota y a levantarla ligeramente más, lo que le ha dado mejores resultados en el último mes de acción. Aparte, dejó de halar tanto la pelota hacia su banda y ahora reparte batazos alrededor de todo el terreno de juego. Lo más esperanzador para el patrullero izquierdo de los canadienses es que está fallando menos al hacer swing y está persiguiendo pitcheos malos con menor frecuencia.
Gracias a esta mejora, el promedio global de Yunito ascendió de manera notable. Si bien su average estaba en .193 antes del juego del 13 de mayo, finalizó el compromiso del viernes (no jugó el sábado) con promedio de .258 con el madero. Su OPS pasó de .493 a un mucho más aceptable .663.