Por Juan Páez / @jmanupz
Cuando se menciona el apellido Gurriel, lo más probable es que venga a la mente rápidamente el nombre Yulieski. También es posible que quien piensa se imagine a un bateador de líneas que puede sacar unos 20 jonrones por temporada y empujar cerca de 100 carreras al más alto nivel del béisbol. Pero el miembro de esa familia que está más cercano a las Mayores es otro pelotero: Lourdes Gurriel Jr.
“Yunito”, a diferencia de su hermano grandeliga de los Astros de Houston, tiene su mayor brillo con el guante. Ahí ofrece, además de una decente defensa, una versatilidad notable que ganó por defender cada posición del infield en su carrera en Cuba. Incluso tiene la capacidad de cubrir el jardín izquierdo. Los medios en Toronto aseguran que existe la posibilidad de que los Azulejos conviertan al antillano en un súper utility.
Es el bate con lo que Gurriel ha quedado a deber. La ofensiva que mostró en la Serie Nacional y por la que, en parte gracias a eso, los dirigidos por John Gibbons le dieron 22 millones de dólares por siete temporadas aún no ha explotado del todo. De hecho, en 2017, entre las sucursales Clase A fuerte y Doble A de los canadienses, su línea (average, promedio de embasado y slugging) fue una discreta .229/.268/.339 a lo largo de 64 encuentros.
Lo esperanzador para el club de Toronto es que el nacido en Sancti Spiritus solo tiene 24 años, ya ha dado muestras de brillo en el pasado y que esa muestra de 64 compromisos en 2017 fue bastante pequeña para juzgar al infielder.
¿Qué viene?
Ahora… la gran pregunta es: ¿Será que los Azulejos lo llamarán este año del big show? Para dar un sí, hay muchos factores por revisar o por cumplirse.
Temprano en la temporada muerta el gerente general de la organización, Ross Atkins, no descartó la posibilidad de que 2018 sea la campaña en la que los pájaros azules le den la primera probada a Gurriel de lo que es estar en Grandes Ligas.
Pero, probablemente, Lourdes no la tendrá tan fácil. El infield del equipo grande está copado y Atkins adquirió a Yangervis Solarte y al también cubano Aledmys Díaz, sin mencionar la competencia que tiene en las menores.
Todo dependerá de qué muestre el diestro en los primeros meses de la zafra. Quizás comience en Doble A y sea allí donde le toque continuar escalando hacia la Gran Carpa para convertirse eventualmente en rival de su hermano Yulieski.
¿Qué es lo mejor?
Los Azulejos tendrán en cuenta que no necesitan con urgencia a Gurriel en las Grandes Ligas, que en vez de acelerar el proceso, pueden darse el lujo de darle al menos un año más en las menores, a fin de que termine de adaptarse a su nueva vida y al nuevo béisbol, a nuevos lanzamientos y que pueda tener una campaña sólida en las filiales para quedar listo para dar el salto en 2019.
No hay que descartar un posible ascenso en septiembre, cuando los rosters se expandan de 25 a 40 peloteros, y reciba un cafecito para que se aclimate y se familiarice. Pero todo dependerá de cuánto haya jugado y de qué tan buenos sean los números de “Yunito” a lo largo de estos meses.