Por Alexander García
Si bien es cierto que la ansiedad le juega malas pasadas, que no tiene una gota de paciencia en el home, que luce desconcentrado en muchas ocasiones, si bien es cierto todo eso, también lo es que cuando le pega lo hace como pocos, como los mejores; ¡a esa edad!, de hecho, cuando los tipos duros de hoy empezaron, dígase Mike Trout, Nolan Arenado, Manny Machado, todos eran así; querían comerse al mundo, batear jonrones y entrar rápido, como estrellas en el universo de la MLB.
La huella de Luis Robert en este 2020 es innegable, para bien, claro, pues cuando parece que cae en un slump de pronto, como el renacido, sale y decide un juego, de la noche a la mañana retoma el pulso y vuelve a ser el chico talentoso, recupera el estado en el que se encuentra ahora mismo.
Con el final de la temporada a la vuelta de la esquina, es un hecho que el cubano ha cumplido las expectativas; aunque puede que algo de presión incida en su rendimiento a veces, todos lo alabaron, los medios especializados lo colocaron entre los tres mejores prospectos y, al final, pudiera pasarle factura, pero igual creo que ha brillado a la altura de su calidad, de su estirpe de gran pelotero; con atrapadones de leyenda en los jardines, con batazos decisivos para darle importantes victorias a su equipo, con esas ganas enormes con las que sale a jugar.
Antes de dar inicio esta nueva edición del Big Show, Luis Robert estaba en la mira de todos: – ¡será el próximo Mike Trout!-, aseguró su actual compañero de equipo Eloy Jiménez; desde entonces todos repiten la frase como una especie de profecía, pues amén del bajón actual, el criollo ha demostrado que tiene calidad de sobra para imponerse en las Grandes Ligas.
Si hoy de algo se puede hablar es que Luis Robert es candidato de fuerza al novato del año en la Liga Americana, de hecho ya muchos analistas hablan y le dan todo el crédito al antillano, más cuando los Medias Blancas ya se encuentran clasificados a los playoffs.
La estela de Yordan Álvarez en el 2019 parece extenderse hasta este 2020 con la figura de Luis Robert. Si es verdad que 60 juegos no lo dicen todo, al menos dan una clarinada de lo que puede venir.
Más allá de especulaciones o burdo fanatismo, los hechos reafirman la calidad del cubano y lo que un día fue promesa hoy es realidad. Si en su momento fue comparado con el mítico Orestes Miñoso y todos hablaron de las coincidencias al momento de la llegada de Luis Robert, hoy, sin discusión, podemos decir que el legado continúa.
Al instante de escribir este trabajo veo un resumen de uno de los últimos partidos entre Mellizos y Medias Blancas a comienzos de septiembre. Allí Luis Robert empata el juego en el séptimo inning con jonrón y, luego, en el noveno impulsa la ventaja con doblete; ¿qué más decir?
Nos vemos a la vuelta.