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Para muchos, en el beisbol cubano no hubo un lanzador más dominante en un período de seis años que el espirituano Maels Rodríguez, quien resultó prácticamente imbateable entre 1997 y 2003, cuando abandonó la Isla en busca del sueño de actuar en Grandes Ligas.
Lastimosamente, el supersónico no consiguió nunca esa meta, pues a esas alturas su maltrecho brazo ya no estaba en condiciones de sostener las 97 millas por hora que sembraron el pánico en los clásicos domésticos. Así que, inteligentemente, optó por dedicarse al mundo de la preparación, y allí se realizó.
Sin embargo, más de dos décadas después de emigrar, Maels Rodríguez no ha podido dejar atrás unos recuerdos que componen su particular horizonte de nostalgias.
Las nostalgias de Maels Rodríguez
“Hay vivencias que uno quiere tener toda la vida. Yo quiero ir a la playa de Trinidad, quiero bañarme en los cayos, quiero ir a Varadero. Pero como quiera que sea, la patria de uno, donde uno nació y creció, donde estaban los vecinos y te daban el plato de arroz, esa pasó, dejó de existir, porque fueron 20 años que se borraron de mi historia”. contó en el podcast Recta al Pecho
De acuerdo con el exlanzador, “a cada rato me encuentro a personas que me preguntan si no me acuerdo de ellas y no logro hacerlo, porque a estas alturas se perdió la conexión”.
Tan dominante fue el derecho en el beisbol cubano, que en el período referido arriba limitó el average adversario a .177, impuso efectividad de 2.29 y ponchó a 11 rivales cada nueve capítulos de trabajo.
Era, por decirlo de alguna manera, el rey de las lomitas insulares, pero Maels Rodríguez tenía aspiraciones que iban más allá de eso, y por tal razón un día renunció a permanecer en Cuba y partió junto a dos de los mejores camareros que pasaron por el beisbol cubano, Yobal Dueñas y Oscar Macías.
«Fui a ver lo que yo dejé», dijo Maels Rodríguez
“Fue algo difícil porque nadie quiere abandonar la tierra que lo vio nacer. Mas era la oportunidad que buscaba para mi familia y mi futuro. No quería correr la suerte de peloteros retirados que conocía y atravesaban una situación muy dura”, me dijo en entrevista para Cibercuba.
Capaz de marcar envíos de tres dígitos que hicieron salivar a los scouts presentes en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, a partir de su salida Maels Rodríguez pasó muchos años sin regresar a Cuba hasta que casi tres lustros más tarde se decidió a emprender el viaje, experiencia que luego repitió.
“Quisimos llevar a los niños para que los conocieran allá”, dijo en el podcast. “Yo fui a ver lo que yo dejé, no a ver una Cuba parecida a Estados Unidos, porque eso es imposible. Este país no se compara con ninguno”.
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Michel Contreras González
Periodista deportivo con treinta años de carrera. Graduado de Comunicación Social en la Universidad de La Habana, ejerció el periodismo en medios como Juventud Rebelde, Bohemia y Cubadebate antes de adherirse a la llamada prensa independiente, para la cual ha sido colaborador de la página deportiva en Oncuba, Cibercuba y Cubanet. Artículos suyos han aparecido en varias publicaciones extranjeras de habla hispana. Obtuvo numerosos premios en concursos de carácter provincial y nacional. Tiene publicados los volúmenes “Dioses Paralelos” (Ediciones Loynaz) y “Vuelos de Gavilán” (Unos y Otros Ediciones). Apegado fundamentalmente a la crónica, el comentario y la entrevista, la mayoría de sus textos versan sobre béisbol, fútbol y ajedrez, sin desdeñar el boxeo y el atletismo.