Medalla de Tokyo 2020 ayudó a salvar la vida de un bebé

Jerry Díaz

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Por SwingCompleto/ contacto@swingcompleto.com La jabalinista polaca Maria Andrejczyk ha sido protagonista de un hecho asombroso la víspera, cuando tomó la decisión de subastar su medalla conseguida en los recientes Juegos Olímpicos celebrados en la capital japonesa de Tokyo. Maria tomó esa determinación con el objetivo de utilizar los 125.000 dólares conseguidos para ayudar a financiar…

Por SwingCompleto/ contacto@swingcompleto.com

La jabalinista polaca Maria Andrejczyk ha sido protagonista de un hecho asombroso la víspera, cuando tomó la decisión de subastar su medalla conseguida en los recientes Juegos Olímpicos celebrados en la capital japonesa de Tokyo.

Maria tomó esa determinación con el objetivo de utilizar los 125.000 dólares conseguidos para ayudar a financiar una cirugía cardíaca a la que tiene que ser sometido en Estados Unidos un bebé del país natal de la medallista.

La destacada atleta explicó a los medios de prensa locales que se había enterado recientemente en internet del asunto, por lo que decidió dar el paso al frente para contribuir con el pequeñito de apenas ocho meses Miloszek Malysa.

Esta presea tuvo un precio de salida de 50.000 dólares y desde ese momento comenzó a subir. Finalmente, su preciada presea se vendió en 125.000 dólares, unos 100.000 euros al cambio. Fue adquirida por la cadena de tiendas de alimentación Zabka Polska, una de las más importantes de Polonia.

Sin embargo, la historia de la medalla no termina ahí, pues Maria no sabía que esa cadena de tiendas se iba a poner en contacto con ella el mismo día de la subasta con el objetivo de devolverle la medalla.

Ellos la habían comprado y pagarían el dinero estipulado que estaba dirigido a sufragar la operación de Milos, pero querían que Maria se quedara con la presea a partir del esfuerzo para ganarla y lo que representa para un deportista olímpico.

La medalla de plata fue conseguida por Maria con un registro de 64.41 metros, su mejor resultado en una vida de apenas 25 años de edad.

Esta práctica de subastar medallas olímpicas ha sido bastante común a lo largo del tiempo, especialmente cuando los que la han ganado o sus familiares, han caído en una situación financiera comprometida. El caso más famoso por valor y hasta por nombre fue el de Jesse Owens, campeón olímpico de la velocidad en la cita de Berlín 1936. Una de las cuatro preseas áureas ganadas por el atleta afroamericano fue vendida en 2019 a un coleccionista por la impresionante suma de 1.5 millones de dólares.

Pero otras han sido subastadas por cifras mucho menores, incluso de citas estivales bastante añejas como París 1900 con apenas 1.283 dólares. Poco antes de comenzar los Juegos de Tokyo 2020 una medalla que databa nada menos que de Atenas 1896 fue vendida por la cifra de 180.000 dólares.

Las medallas de Tokyo pesan 556 gramos, en el caso de las de oro, pero en realidad están compuestas por más plata por lo que tienen un precio estimado de 800 dólares. Lo que eleva el precio es el nombre del deportista como fue el caso citado de Owens.

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