Cuando se habla del béisbol cubano en la Copa Mundial de Parma 1988, lo primero que viene a la cabeza es el jonrón de Lourdes Gurriel, escoltado por el batazo decisivo de Lázaro Vargas o la controvertida decisión arbitral en primera base sobre el rodado de Luis Giraldo Casanova. Sin embargo, pocos reparan en que a ese campeonato asistió una de las mejores selecciones de la historia del país.
Para mi gusto, aquel equipo era incluso superior al que participó en el Clásico Mundial de 2009. Era un modelo de integralidad, y en sus filas sobraban los personajes con categoría de leyendas del béisbol cubano.
Le propongo repasarlo. La receptoría era maravillosa: estaban un tremendo catcher defensivo como Juan Castro, y dos bateadores de excepción como Orestes Kindelán y Pedro Luis Rodríguez.
En el infield había seis nombres de alto impacto. De derecha a izquierda, el cuadro acomodaba a Alejo O’Reilly, Antonio Pacheco, Luis Ulacia y Omar Linares, además de los inmejorables suplentes Juan Padilla y Vargas.
Mientras, en los jardines convivían Casanova y Gurriel junto a dos centerfielders con plaza en el Top 5 del béisbol cubano, Víctor Mesa y Ermidelio Urrutia.
El béisbol cubano vivía tiempos de esplendor
Finalmente, el pitcheo contaba con cuatro magníficos derechos de Industriales (Lázaro Valle, Orlando Hernández, René Arocha y Euclides Rojas), otro diestro de clase (José Luis Alemán), y los zurdos más ganadores de los clásicos del béisbol cubano, Jorge Luis Valdés y Omar Ajete.
Justo es reconocer que pese a la calidad cinco estrellas de este grupo, la escuadra universitaria de Estados Unidos le ofreció una resistencia admirable que habría sido premiada con el oro si no se interponía el grosero error de un árbitro.
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Los norteamericanos comparecieron allí con una camada llena de futuros ligamayoristas, entre los cuales cabe citar a Tino Martínez, Robin Ventura, Dave Silvestri, Scott Servais, Jim Abbot, Charles Nagy, Joe Slusarski y Andy Benes.
Cuatro años después del evento celebrado en la italiana Parma, el béisbol cubano conquistó el primero de sus tres cetros olímpicos con una plantilla donde repetían 12 de los jugadores que estuvieron en la Copa Mundial.
A saber, quedaron fuera Pedro Luis, Castro, O’Reilly, Casanova, Arocha, Euclides, Valle y Alemán para dar paso a Alberto Hernández, José Raúl Delgado, Germán Mesa, José Estrada, Osvaldo Fernández, Rolando Arrojo, Giorge Díaz y Juan Carlos Pérez. Buenos remplazos, sin dudas, aunque en el global luce más sólido el pelotón de jugadores excluidos.
Equipo Cuba Copa Mundial Parma 1988
Receptores: Orestes Kindelán, Pedro Luis Rodríguez y Juan Castro.
Jugadores de cuadro: Alejo O’Reilly, Antonio Pacheco, Juan Padilla, Omar Linares, Lázaro Vargas y Luis Ulacia.
Jardineros: Luis Giraldo Casanova, Lourdes Gourriel, Ermidelio Urrutia y Víctor Mesa.
Lanzadores: José Luis Alemán, Omar Ajete, Jorge Luis Valdés, Orlando Hernández, Lázaro Valle, René Arocha y Euclides Rojas.
Director: Jorge Fuentes.
Ese equipo del 88 tuve la dicha de verlo bien de cerca cuando fui parte del grupo de trabajo de la radio y TV en el tope con USA en varias ciudades como Millington, Charlotte, Tidewater, etc. En mi opinión ha sido el equipo más completo que ha representado al verde caimán. Al finalizar el tope que Cuba ganó 4-2 a una selección nortemaericana cajada de estrellas y con un pitcheo de grandes ligas se hizo el corte para el mundial de Parma. Aunque los mejores lanzadores en el tope fueron Valle y El Duque, este último quedó fuera del equipo. Pocos días después se dio a conocer que Rogelio García estaba lesionado de su brazo de lanzar (hombro) y el Duque tuvo que viajar desde Cuba para unirse al equipo en Italia. El resultado del Mundial todos lo conocen, victoria de nuestro país luego de una equivocación arbitral en jugada en primera base donde decretaron quieto a Casanova cuando la repetición del video mostraba claramente que había sido out.