Poder y velocidad. Muchos de los más grandes bateadores de la historia en Grandes Ligas (desde Mickey Mantle y Willy Mays hasta Barry Bonds, Mike Trout y Shohei Ohtani) han destacado por la conjugación de la fuerza de sus muñecas y la velocidad de sus piernas. Y como es natural, en el béisbol cubano también ha habido casos ilustrísimos.
Pero no voy a concentrarme hoy en la conocida estadística de Power-Speed Number, creada por el sabermétrico Bill James y que atiende únicamente a los parámetros Jonrones y Bases estafadas.
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De eso escribiré dentro de poco. Esta vez le propongo caminar por un terreno virgen donde a la receta anterior añadiré un nuevo elemento vinculado con la capacidad de correr bien, y otro más con el don de conectar con fuerza a la pelota.
Se trata del triple y el doble, respectivamente. El primero por lo general reclama rapidez al desafiar el poderoso brazo del right fielder, y el otro suele ser una conexión que en no pocas ocasiones aterriza a escasos metros de la cerca… o contra ella.
Un club muy selecto en el béisbol cubano
Comencemos estableciendo el requisito básico con las dos estadísticas clave: voy a exigir 100 estafadas y 200 vuelacercas. Entre los millares de peloteros que han pasado por el béisbol cubano, ¿sabe cuántos combinan esos dos elementos? Pues solamente 15.
Le cuento que con este filtro automáticamente ya han quedado fuera muchas de las más grandes leyendas del béisbol cubano, las cuales no lograron acumular la centena de almohadillas adelantadas por velocidad. Por ejemplo, no clasifican Orestes Kindelán, Antonio Muñoz, Frederich Cepeda, Pedro Luis Rodríguez ni el mismísimo Antonio Pacheco.
Seguimos adelante. Eliminemos ahora a quienes, además de las dos exigencias anteriores, no pudieron apuntarse 300 tubeyes y 50 triples. Nada menos que 10 hombres se caen de la lista, por una u otra causa.
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Son los casos de Yoelvis Fiss, Lourdes Gurriel, Yordanis Samón, Rolando Meriño y Víctor Mesa (con tres de los cuatro requisitos cumplidos), y Lázaro Madera, Ermidelio Urrutia, Oscar Machado, Luis Giraldo Casanova y Lázaro Junco, con dos cada uno.
De modo que al final, concluimos en que los únicos hombres que en el béisbol cubano han firmado 300 dobletes, 50 tribeyes, 200 cuadrangulares y 100 almohadillas estafadas, son Omar Linares, Yuli Gurriel, Fernando Sánchez, el siempre ignorado Oscar Macías y (oh sorpresa) Víctor Bejerano.
NOMBRE | Dobles | Triples | Jonrones | Bases Robadas |
Omar Linares | 327 | 54 | 404 | 246 |
Yuli Gurriel | 327 | 63 | 282 | 153 |
Fernando Sánchez | 338 | 65 | 280 | 135 |
Oscar Macías | 319 | 50 | 286 | 110 |
Víctor Bejerano | 382 | 57 | 248 | 100 |
Víctor Mesa | 351 | 47 | 273 | 589 |
Yordanis Samón | 470 | 32 | 230 | 118 |
Lourdes Gurriel | 327 | 39 | 247 | 122 |
Rolando Meriño | 405 | 31 | 215 | 120 |
Yoelvis Fiss | 270 | 52 | 229 | 103 |
Lázaro Junco | 277 | 27 | 405 | 110 |
Luis G. Casanova | 290 | 41 | 313 | 120 |
Lázaro Madera | 297 | 26 | 264 | 149 |
Ermidelio Urrutia | 268 | 38 | 221 | 180 |
Oscar Machado | 180 | 41 | 207 | 113 |
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Bueno,sería muy interesante en la tabla incluir las veces al bate para analizar las frecuencias.