Por SwingCompleto/ contacto@swingcompleto.com
Hace algún tiempo, el carismático slugger santiaguero Gabriel Pierre comentó de la grave situación que tuvo en el pasado con el reconocido entrenador Miguel Valdés, en la cual se incluyó un encontronazo físico entre ambos hace ya veinte años.
Posterior a la entrevista del estelar ex tercera base, Miguelito fue abordado sobre el tema en el show nocturno de Swing Completo, dando así su versión del problema que tuvieron los dos además de argumentar el por qué muy pocas veces incluyó al popular bateador dentro de la selección nacional de la Isla.
“Yo lo que recuerdo es que estábamos en Santiago de Cuba con la preselección nacional a la que Pierre no había sido convocado. Evidentemente él estaba molesto por su exclusión y aunque no recuerdo muchos detalles, sí me acuerdo que yo me había adelantado y de repente siento un molote alrededor de la guagua donde llegaron los peloteros. Estaba yo con Higinio (Vélez) y veo entonces a Pierre muy alterado con Benito Camacho, y luego corriendo éste delante de Pierre. De buenas a primeras ya no veo a Higinio conmigo, dejándome completamente solo con él, que vino para arriba de mí dándome un manotazo y después nos tiramos cuatro piñazos hasta que la gente se metió y terminó aquello que en verdad no pasó de ahí, pues cuatro piñazos se los tira cualquiera”, comenzó diciendo el avezado preparador que actualmente reside en Miami.
Más adelante contó que había una intención fuerte por parte de las autoridades de Santiago de Cuba para sancionar al fornido ex pelotero de por vida, pero según Miguelito él mismo intercedió para evitar males mayores. “Cuatro piñazos se los tira cualquier y yo estoy acostumbrado a eso, porque el que dirige un equipo de béisbol tiene que estar seguro que en un momento determinado alguien te va agredir y de hecho así me pasó, le dije al entonces secretario del Partido Juan Carlos Robinson, y después le pedí de favor que dejara a Pierre tranquilo porque en su momento hablaría con él. No me lo suspendas porque él es un pelotero de la afición santiaguera y vas a terminar afectando a la provincia”.
Valdés contó igualmente que el jonronero indómito después se sentó con él en La Habana donde se disculpó por lo sucedido y que ahí mismo terminó toda la situación. “Si han dicho otra cosa yo no sé, pero la realidad fue esa que estoy contando”, comentó el veterano entrenador natural del poblado de Bauta.
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Sobre el controversial tema de las exclusiones constantes de Gabriel Pierre dentro de aquellos equipos nacionales que tenían en Miguelito a su jefe técnico, si bien reconoció la calidad del santiaguero, sentenció que no tenía las condiciones reales para ganarse un puesto en la selección, ya ni siquiera la titularidad.
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“No tenía las posibilidades para ser utility, solo lo podías usar en tercera base, por lo que o llevabas a Linares o lo ponías a él en el equipo. Linares era el mejor pelotero del mundo, por lo que a Pierre le tocó una etapa difícil como pasó con Ordóñez con Germán Mesa. Él tenía que saltar una varilla demasiada alta y qué más hubiera querido yo meterlo pero no había forma. Eso mismo me pasaba con Javier Méndez. No era un capricho, es que no podíamos llevar a un jugador que sólo podía desempeñarse en una sola base”, concluyó.
Vale recordar que si bien el equipo Cuba llevó más de un tercera base en múltiples ocasiones mientras Omar Linares era el dueño absoluto de la llamada esquina caliente, hombres como Lázaro Vargas y Miguel Caldés fueron ubicados en otras posiciones del infield y hasta los jardines. Incluso en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 asistieron ellos dos junto al “niño” y todos terminaron de regulares.
Pero en favor de Pierre hay que decir que además de su rendimiento extraordinario año tras año, que en alguna que otra ocasión lo puso en la élite de los antesalistas, fueron múltiples las ocasiones que las selecciones nacionales llevaron a jugadores que solo se podían desempeñar en una base. De hecho, el popular slugger santiaguero integró el plantel cubano estando Linares entre 1997 y 2001, siendo titular en la Copa Intercontinental del 97 y los Panamericanos de Winnipeg 1999 con un rendimiento sobresaliente. Fue precisamente en la Copa de Barcelona, su debut con la selección principal, la única vez que Miguelito lo tuvo en cuenta, pues un año después fue sustituido como jefe técnico por Benito Camacho. Regresó para los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y fue entonces que volvió a oponerse a la presencia de quien en ese momento se había convertido en el jonronero más destacado del país junto a su coterráneo Orestes Kindelán.
Esa última exclusión para el Mundial de 2001 fue la que enervó considerablemente a Pierre y trajo por consecuencia el altercado con Benito, Higinio y Miguelito, situación que lo alejó temporalmente del terreno de juego hasta que le levantaron la sanción. Su regreso tuvo el aliciente del respaldo de la afición por todo el país, pero al mismo tiempo aquella actitud lo alejó definitivamente de integrar cualquier equipo más allá de su provincia. Tiempo después Pierre volvió a ser sancionado por una disputa con un árbitro y posteriormente decidió retirarse de una vez del juego activo.