Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi)
El pasado viernes se volvió a dar un incidente desfavorable para el arbitraje en las Ligas Mayores.
Durante el encuentro entre los equipos de San Francisco Giants y Arizona Diamondbacks en el hogar de estos últimos (Chase Field). El inicialista y cuarto bate del conjunto local Christian Walker fue expulsado.
Con el marcador igualado a cuatro carreras y un out en la pizarra se jugaba la parte baja del sexto capítulo, cuando el bateador derecho Nick Ahmed en cuenta de dos bolas y un strike intentó sorprender con un toque de bola.
Pero el envío del diestro Jacob Junis fue una slider baja y afuera a 83.5 mph con el cual el campocorto de los D’backs decidió no realizar la jugada de sorpresa.
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Ahmed aguantó a tiempo su bate y ante la llamada del umpire, Alfonso Márquez, al árbitro de primera base, Ramón de Jesús, este decretó «bola» (Ahmed no pasó el bate).
Christian Walker, que animaba a su compañero desde el dugout aplaudió la decisión de los árbitros y Márquez lo tomó de la peor manera, por lo que inmediatamente hizo los señalamientos para expulsarlo del juego.
Claro, este incidente tenía precedente, pues en la quinta entrada Márquez le había cantado un strike a Walker ante un envío al que aparentemente no le había hecho swing.
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Walker no podía creerlo, se quedó en shock, sorprendido por la reacción del principal. Finalmente Ahmed llegó a la inicial por boleto y las «Serpientes» (nombre que llevaron en el uniforme los locales), marcaron dos carreras en la entrada, otra en el séptimo inning y finalmente ganaron el choque 7×4.
Esta no es la primera vez que las autoridades dentro del juego toman medidas rigurosas contra un jugador sin motivos reales. Para impartir disciplina no es necesario ser tan riguroso cuando la falta no lo amerita, esto lamentablemente atenta contra el espectáculo.