Por Juan Páez
Muy probablemente, gran parte de Cuba y sus hijos querían que los Rays de Tampa Bay alzaran el trofeo de la Serie Mundial de las Grandes Ligas. Era la manera de que Randy Arozarena fuera electo Jugador Más Valioso, tal como lo fue en la Serie de Campeonato. Los Dodgers de Los Ángeles, esta vez sí, no lo permitieron. El Clásico de Otoño terminó en seis juegos con el grito y la celebración de los californianos, con el campocorto Corey Seager como el MVP en lugar del jardinero cubano.
Arozarena lo mereció siempre. Cargó de principio a fin con el lineup de Tampa Bay, que perdió su segunda aparición en la máxima instancia de las Mayores. Como en la Serie de Campeonato, fue quizás el nombre que más sonó. Cada turno suyo al bate, representaba peligro para los lanzadores contrarios. Por algo, terminó con ocho hits (la mayor cantidad, igualado con Seager y Justin Turner) y tres jonrones (colíder de la Serie Mundial, igualado con su compañero Brandon Lowe).
Sus promedios terminaron en .364/.462/.773 en los seis desafíos, con cuatro remolcadas, cinco anotadas, cuatro pasaportes e igual número de ponches, además de una estela imborrable de récords entre cubanos y no nacidos en Cuba.
Ha sido siempre un ilógico entregarle la distinción de Jugador Más Valioso a quien no forme parte de un equipo campeón. Tal conversación se ha tenido en innumerables ocasiones por debates en la ronda regular y la postemporada. Esta, la de Arozarena, no es la primera vez.
Bobby Richardson, de los Yankees fue el MVP de la Serie Mundial de 1960, a pesar de que los neoyorquinos cayeron ante Pittsburgh.
Pero pareciera que el béisbol ahora le debiera algo al joven patrullero antillano. La que ha sido una de las actuaciones más brillantes para cualquier pelotero en la fiesta de octubre no merecía terminar así. Quizás el mánager de los Rays, Kevin Cash, carga con algo de culpa al quitarle la bola a Blake Snell en su mejor momento para traer a su apaleado cerrador. Quizás simplemente era la hora de unos todopoderosos Dodgers que, por su bien, necesitaban finalmente alzar el Trofeo del Comisionado en su cuarto intento en los últimos cinco años.
Nadie lo sabe. Pero perdedor o ganador, Cuba merecía tener a su segundo Jugador Más Valioso de Serie Mundial, luego de que Liván Hernández lo ganara en 1997 con los entonces Marlins de Florida. Nunca un perdedor lo mereció tanto como Arozarena, cuyas brillantes estadísticas generan el deseo utópico de que jugase para los Dodgers y no para los Rays. Así su pastel tendría la cereza merecida, el galardón de MVP y el anhelado título de campeón.
Pero de utopías no vive el hombre. Arozarena debe quedarse con la realidad. Y lo cierto es que protagonizó la postemporada más espectacular para pelotero cubano en la historia y, sin dudas, se codea con los mejores de todos los tiempos entre actuaciones generales en la fiesta de octubre.
Hoy ya todo pasó. Se acabó el sueño. Terminó la lucha de los Rays, como David, por vencer a los Dodgers, como Goliat. Ahora Arozarena deberá concentrarse en otra cosa: en consolidarse y capitalizar su momento. Por esta tórrida demostración ofensiva, uno puede pensar que el isleño tendrá un lugar seguro en los jardines de Tampa Bay para la próxima campaña. Pero eso no debe bastarle. Convertirse en la máxima estrella en el plano ofensivo del club dirigido por Cash debe ser su misión. Ya lo hizo por un mes completo, le tocará esta vez apuntar a 2021. El futuro le sonríe a Randy.
Juego por juego de Randy Arozarena en la Serie Mundial 2020:
Serie | Fecha | AB | R | H | HR | RBI | BB | SO | BA | OBP | SLG | OPS |
WS g1 | Oct 20 | 3 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | ||||
WS g2 | Oct 21 | 3 | 0 | 1 | 0 | 0 | 2 | 0 | ||||
WS g3 | Oct 23 | 4 | 1 | 1 | 1 | 1 | 0 | 2 | ||||
WS g4 | Oct 24 | 4 | 3 | 3 | 1 | 1 | 1 | 0 | ||||
WS g5 | Oct 25 | 4 | 0 | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | ||||
WS g6 | Oct 27 | 4 | 1 | 2 | 1 | 1 | 0 | 1 | ||||
Total: | 22 | 5 | 8 | 3 | 4 | 4 | 4 | .364 | .462 | .773 | 1.234 |