Osmany Urrutia, la Serie Nacional Sub23 y la sombra de batear 400

Por Alexander García Al evocar el nombre de Osmany Urrutia, pensamos en un bate, en un rostro grueso y osco, en un trol diría- el príncipe de Macagua 8- como decían; el tipo que bateaba muy fácil por encima de 400. Al pensar en el apellido Urrutia, pienso en Ermidelio, en Henry; en cómo incluso […]

Por Alexander García

Al evocar el nombre de Osmany Urrutia, pensamos en un bate, en un rostro grueso y osco, en un trol diría- el príncipe de Macagua 8- como decían; el tipo que bateaba muy fácil por encima de 400.

Al pensar en el apellido Urrutia, pienso en Ermidelio, en Henry; en cómo incluso ahora todos celebran al genio Civil pero pocos recuerdan que la base de ese equipo ganador, esa dinámica positiva, quien la inculco fue el más viejo de todos los Urrutia aquí mencionados.

Pero es Osmany el hombre ahora, el tipo que vuelve, el gran amigo de Pedro Luis Lazo- fue a su retiro oficial en Pinar-; Osmany Urrutia es el manager de Las Tunas en la sexta edición de la Serie sub 23; y desde ya, tiene la meta bien alta; pues los del balcón del Oriente son los actuales subcampeones de la categoría.

No obstante la cuestión se va por encima y vemos que con Civil ahí, en el mando, sacando las uñas de vez en cuando y tirándose encima el cartel de déspota de turno; en este contexto, los augurios son nefastos para el “Hombre del hacha”- como le decían en mi pueblo a Osmany Urrutia.

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En otra arista del asunto, lo que sucede es que creo, bueno, tengo la impresión de que Osmany es de esos tipos  de conocimiento inútil- como llamaba Rousseau a los hombres que acumulaban demasiado conocimiento o saber en una materia y luego no podían explicar o hacer entender las cuestiones básicas al respecto, siquiera eso.

Es una situación similar a la que vivió Kindelán a su paso por el equipo Cuba como entrenador de bateo;- el señor jonrón olvidó que la técnica no era solo presión y poder de muñecas y bueno ya sabe.

Con Osmany las cosas pudieran ser distintas, no obstante el tiempo dirá, por ahora, la tiene fea con la plata de las Tunas en la quinta edición del Sub 23, la tiene negra también con Pablo Civil como jefe del equipo grande y gris con pespuntes negros cuando quiera hablar y en su voz gruesa como de ogro, no se entienda nada.

Un día el príncipe bateó 400 en una Serie Nacional, luego lo volvió a hacer- bateo un poco más- después se acomodó, fue normal; ahora a la sombra de aquellos años quiere regresar y ver si desde el banco las cosas saben igual.

Esto señores es parte de lo que va dejando el béisbol cubano, en particular esta Serie sub 23.

Nos vemos a la vuelta.

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