No sólo la fanaticada de los ilustres Leopardos de Villa Clara colocaría a Pedro Jova entre los managers más grandes del béisbol cubano: El legado histórico que dejó, tras ganar tres campeonatos en fila y discutir cinco veces seguidas la final, ilustra por sí sólo la grandeza del ex timonel villaclareño.
Así pues, con gusto al parecer no diré más —¡hasta ahora!— el “ex”, ¡porque Pedro Jova acaba de ser reelegido como manager de los Leopardos de Villa Clara para la próxima 61 Serie Nacional de la pelota cubana! Sí, la noticia es tan grata como algo sorprendente, sobre todo porque Jova ha estado ‘desligado’ de los equipos villaclareños hace varios años. Estuvo en Italia, donde se ganó los prestigiosos honores de ser no sólo un manager y entrenador de élite, sino también la consideración como uno de los coach de bateo más sabios de la historia en dichos clubes.
Jova, quien parecía haber sido desterrado cuando le encomendaron la “tarea” de dirigir a los Indios de Guantánamo, no dirige desde aquella campaña donde quedó en el 14to lugar de la 44 Serie Nacional con desbalance de 33-57 en 90 juegos. Mientras el ilustre número “4” de los Azucareros y el team Cuba era mandado a ‘colaborar’ con la provincia guantanamera, donde sólo duró un año —¡totalmente razonable!—, era Víctor Mesa quien estaba al frente de Villa Clara; perdieron por barridas ante Industriales en dos finales consecutivas por aquellos primeros años de la década de 2000.
Al final, nunca se dijo realmente cuál había sido el motivo de la salida de Jova como timonel del Villa Clara. Pero, realmente, sin dudas la ese fue un capítulo oscuro en la historia del hombre que más fácil y elegante lograba el “hit-and-run” en la pelota cubana. Sí, ¡ese swing de Jova parecía diseñado para ese tipo de bateo por detrás del corredor! ¡Era ideal!
Pero junto a todas las glorias que logró con el team Cuba, sin dudas la primera parte de la fase de director de Jova fue grandiosa. Única, podríamos decir sin adulaciones. Llegó en 1992 y aglutinó tanto su “Maquinaria Naranja”, que terminó siendo imbatible en tres años consecutivos. Durante esos primeros tres campeonatos, Jova ganó el 71% de sus decisiones en playoffs de la pelota cubana entre las inolvidables coronas de 1993, 1994 y 1195.
Ahí, acumuló 24 éxitos y sólo 10 reveces, desbancando a equipazos como Pinar del Río, Santiago de Cuba e Industriales. Eso sí, cuando intentó ese cuarto campeonato, los Azules de Pedro Medina impidieron que Pedro Jova empatara un récord que sólo Ramón Carneado ha podido lograr en 60 Series Nacionales: ¡Ganar cuatro títulos en fila!
Sin embargo, aquellos campeonatos ganados por la “Maquinaria Naranja” marcaron un capítulo imborrable de una de las dinastías más poderosas en la historia de las Series Nacionales. Y, ahora, aunque no será posible soñar con ese mismo destino, el paso de Jova al aceptar dirigir de nuevo a los Azucareros realmente nos muestra más sobre su amor por el béisbol de su terruño.
Después de una mala actuación con balance de 30-44 y un pitcheo que se desmoronó al nivel de terminar lanzando para 5.08 de efectividad, Villa Clara es el imperfecto oasis lleno de dudas para el gran Jova. Pero quienes lo admiramos y reconocemos su grandeza, sabemos que el ilustre “4” de los Azucareros sabrá cómo sacarle lo mejor al talento que aún emerge en los villaclareños.
Unirá más al equipo. Será, como debe ser cada manager en un equipo, el guía, el hombre grande. El padre sabio que sabrá aprovechar cada potencialidad y, desde este anuncio meses antes de la próxima 61 Serie Nacional, comenzará a hacer soñar a una provincia que ya hizo feliz para siempre con su gran legado.
Será difícil el camino, ¡pero con Pedro Jova el enfoque y la perspectiva cambiará en ese equipo que parecía apático y sin rumbo!
Estoy seguro de eso. Aquí estaremos para ver los resultados, porque ese Villa Clara podía para más: ¡Bienvenido, Pedro Jova!