Por Andy Lans
Si bien en la década de los 90`la Serie Nacional contó más de una decena de líderes de bateo, con destaque para Omar Linares y Luis Ulacia, ganadores de tres y dos títulos respectivamente; al comienzo del nuevo milenio podemos enmarcar seis de los diez primeros reinados ofensivos de la década con solo mencionar un nombre: Osmani Urrutia.
Monarquía con el madero
Proveniente de una de las familias referencia cuando se habla de pelota cubana, el sobrino de Ermidelio Urrutia sobresale como el segundo mejor average histórico en nuestros clásicos nacionales (366, par de unidades menos que “El Niño” Linares). De hecho, solo Osmani y Linares promedian por encima de 360 en más de 15 Series Nacionales jugadas.
La racha del “Señor 400” Urrutia comenzó en la campaña 2000-01 al cuajar un 431. Al año siguiente, el de Macagua 8 consiguió un 408, y en 2003, un 421. Precisamente, el 6 de abril de ese año, Osmani pasó a la posteridad como el primer pelotero a nivel mundial en lograr tres champion bate consecutivos por encima del cuarteto de centenas.
Sin embargo, lo mejor estaba por venir en la zafra beisbolera 2003-04. En esa edición, Urrutia ostentó el premio de Jugador Más Valioso al encabezar las carreras impulsadas junto a Yosvani Peraza y Loidel Chapellí Sr. con 67 cada uno (solo que el tunero tuvo menos veces al bate) y al endosar un average de 469, que durante 12 años representó el máximo para una temporada cubana hasta que en 2016 Yulieski Gurriel concluyó con 500 (De 174-87).
Eso sí, a criterio personal considero que Urrutia vapuleó a un picheo superior en toda la dimensión de la palabra, que el enfrentado por Gurriel.
Urrutia permaneció en el trono por quinta ocasión (385) en 2005, pero sucumbió en 2006 ante un Michel Enríquez que le superó 447×425. No obstante, en 2007 un 371 le bastó a Osmani para adjudicarse su sexta corona.
Actuación internacional
Osmani Urrutia ostenta un palmarés envidiable con la Selección Cubana de Béisbol. Dos Panamericanos, un Mundial, una Olimpiada y un Centroamericano dan fe de ello.
En la cita continental de Río de Janeiro 2007, el de Macagua 8 le conectó de 4-4 a Estados Unidos en la victoria de Cuba en la final 3×1.
Para la Olimpiada de Atenas 2004, disparó de 33-11 para un registro de 333, además de un cuatriesquinazo, 5 compañeros traídos para el plato y 6 anotaciones. En la final ante Australia, se fue de 4-2 con par de anotadas.
Pero en el mayor hito de la pelota cubana, Urrutia brindó su aporte. El sexto hombre en el line-up de Cuba en el I Clásico Mundial de 2006 promedió 345 en 29 turnos oficiales (cuarto mejor en la Mayor de las Antillas, disparó un vuelacerca, pisó el home en tres ocasiones y propició que sus compañeros lo hicieran en 7. Acumuló un OPS de 835.
Un retiro inesperado
En la versión 2008-09 de la Serie Nacional, Osmani Urrutia disputó los últimos partidos de su gloriosa carrera. Tan temprano como a los 32 años, Osmani puso fin a su trayectoria, curiosamente luego de su exclusión del equipo Cuba que defendería el oro olímpico en Bejing 2008. Aquella Serie 2007-08, Urrutia había bateado 364 con 59 empujadas, 42 anotadas y 9 cuadrangulares.
Al momento de colgar los guantes, el 46 tunero había ligado 1463 imparables en el circuito cubano, con 577 anotadas, 131 jonrones y 747 remolcadas.
Desgraciadamente, se retiró sin ganar un campeonato. A pesar de aquellos Leñadores desaforados madero en mano, a Las Tunas le faltaba picheo y un cuerpo de dirección sólido.