Por Boris Luis Cabrera
Chorros de testosterona, pelea tumultuaria, malas decisiones arbitrales, boletos gratis con las almohadillas repletas, errores mentales, y un hervidero de pasiones; se robaron el show esta tarde de martes en el coloso del Cerro en un play de pelota ardiente por los cuatro costados donde fueron expulsados cinco jugadores por cada equipo mientras un fuerte olor a post-temporada inundaba el terreno y los graderíos azules.
Una hoguera encendida por el árbitro de home, al expulsar a un lanzador de los visitantes (sin razón aparente) por propinarle un pelotazo a Jorge Enrique Alomá, se extendió por el campo de juego y se hizo incontrolable en pocos segundos.
En el octavo episodio, los Leones, acababan de tomar el mando en el choque con cañonazos remolcadores de Lisbán Correa y Stayler Hernández después de un abrazo a cinco carreras cuando llegó el pelotazo propinado por el relevista Enmanuel Chapman que desencadenó el desorden.
Un total de diez expulsados fue el resultado de la vorágine después de algunos golpes aislados, empujones, y bates blandiendo en las manos de unos cuantos y hasta el momento de escribir estas líneas sólo se conocían los nombres de Alomá, Correa y Dayron Blanco entre los castigados.
El cierre del partido se mantuvo al rojo vivo cuando a la hora de recoger los bates, los Cachorros, renuentes a entregar banderas, le pegaron cuatro cohetes consecutivos al cerrador estrella de los capitalinos, Andy Rodriguez, para pegarse 6-7 en la pizarra.
Bases llenas y en el cajón de bateo el líder jonronero del campeonato, Jorge Luis Peña, le dieron un toque dramático a la escena que terminó con ponche y algunos miles coreando el nombre del paño de lágrimas de Rey Vicente Anglada.
Ni siquiera el último out del partido bajó las tensiones acumuladas al no quedar claro la acción del receptor Roberto Loredo al pisar el home-plate después de la bola tocar tierra y lanzar a la inicial sin tiempo, y hubo que acudir a la revisión del video para por fin, poner el punto final al convulso enfrentamiento.
Trece industrialistas se quedaron fríos en las almohadas con deseos de anotar durante la porfía, nueve bases por bolas regalaron los serpentineros orientales y los árbitros estuvieron todo el tiempo inquietando a ambas bancas, para adornar un guion escrito bajo el fuego de los orgullos provinciales.
Franklin Aballe desapareció la pelota con un compañero a bordo y Yordan Manduley se anotó tres sencillos por los visitantes.
Por los azules, Yoandrys Urguellés, Stayler Hernández, Oscar Valdés, y Lisbán Correa, consiguieron un par de imparables cada uno.
Con esta victoria, los Industriales mantienen su noveno puesto en la tabla de posiciones a solo medio juego de los Piratas de la Isla.