Triplista cubano campeón olímpico LAMENTÓ el trato recibido

Por José Alejandro Rodríguez Zas

El pasado miércoles 4 de agosto, se realizó la prueba final del Triple Salto en el Deporte Rey, el Atletismo, correspondiente a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Ese día, doce triplistas salieron al tanque de saltos en busca de la gloria olímpica, incluyendo a dos cubanos con realidades diferentes. Por un lado, Cristian Nápoles, representando a la delegación antillana (posteriormente solicitó la baja del equipo nacional) y el nacionalizado portugués Pedro Pablo Pichardo, defendiendo los colores de aquel país europeo.

Luego de tres rondas de saltos, Nápoles resultó eliminado del segmento final, tras estirarse solamente hasta los 16.63 m, marca que le permitió ubicarse en el décimo puesto de la competencia. Sin embargo, minutos después, Pichardo alzó la medalla de oro y el título de campeón olímpico, con registro de 17.98 m, a solo par de centímetros de los 18 m.

Esta fue la coronación de una excelente temporada para el cubano, quien también ganó la Liga del Diamante y el Campeonato Europeo Bajo Techo de Torun 2021, con un primer salto de 17.30 m, dando a Portugal el primer título en el certamen.

«Ha sido una buena prueba. El gran objetivo era lograr la victoria. Gané la medalla de oro. Después del primer salto, intenté mantener la concentración, porque podía ser superado, sabía que iba a tener una gran batalla con Alexis Copello (también cubano que representa a Azarbaiyán) y (el alemán) Max Hess, los dos atletas que alcanzaron los otros lugares del podio. Al quinto salto percibí que el oro era mío, mis adversarios ya estaban fatigados, ya no podían saltar con la misma calidad. En ese momento me quedé más tranquilo», expresó en aquel momentos el triplista cubano.

Sin embargo, luego del titulo olímpico conseguido en Tokyo 2020, Pichardo ofreció declaraciones al portal deportivo portugués O Jogo, en las cuales dejó claro que aún puede mejorar sus marcas en futuras competencias, pero también expresó su inconformidad en cuanto a sus beneficios económicos, atendiendo a sus excelente resultados conseguidos como triplista, cuando muchos futbolistas, aún siendo suplentes, reciben mejores ingresos.

«En cantidad de títulos es imposible conquistar más, pero cuando digo de hacer algo más me refiero a mejorar las marcas. En ese aspecto me siento un poco vacío, porque creo que podía haber hecho saltos mejores. Ya he saltado más de 18 metros y eso es muy gratificante. Pero solo me sentiré realizado cuando bata el récord del mundo (18.29 m en poder del británico Jonathan Edwards). Hasta ahora las marcas que tengo no son gran cosa, y eso quiere decir que me había conformado con lo que ya alcancé», dijo Pichardo, en traducción del portugués al español realizada en publicación de As.com

«Creo que la diferencia por la que los jóvenes prefieren practicar el fútbol antes que el atletismo es un poco por razones económicas. Por ejemplo hay futbolistas que son suplentes y raramente juegan y que ganan más dinero que yo, que soy campeón olímpico. Y las personas piensan que ellos son mejores que yo», agregó.

«Gané una competición que equivale a la Liga de Campeones y pocas personas lo saben. En cambio cuando la selección nacional o un equipo de fútbol llega a los cuartos de final de un gran campeonato, ya se hace una fiesta», concluyó el triplista.

Esta es una realidad que, sin duda alguna, afecta al mundo del deporte en general y no solo a Pichardo, a Portugal o al continente europeo, tampoco es algo específico con el atletismo o el triple salto. En gran medida, el pago a los deportistas profesionales depende de la popularidad de la disciplina en cuestión, los ingresos que genere por anuncios publicitarios, derechos de televisión y negocio en general, por lo que se augura que esta situación continúe durante mucho tiempo más y disciplinas como el fútbol y el beisbol, por citar dos, seguirán pagando salarios millonarios por cada temporada, aunque permanezca el atleta en el banco.

Pichardo, de 28 años, escapó del equipo nacional de atletismo cubano en 2017 durante un entrenamiento en Stuggart, Alemania, previo al Mundial de ese año en Londres. Fue campeón de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y doble medallista de plata en los mundiales de Moscú 2013 y Beijing 2015, además del bronce en el Bajo Techo de Sopot, Polonia, en 2014. Aún tiene mucho que dar en la arena internacional y destaca como uno de los mejores a nivel mundial de su especialidad.

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